Ante líderes de Sindicatos proclives al PRI, al PRD, al PAN y a Morena, entre los que se encontraban los más recalcitrantes como Víctor Flores, del Sindicato Ferrocarrilero, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dejó en claro que con las reformas impulsadas por su gobierno en materia laboral, pasaron a la historia la falta de democracia y votaciones de mano levantada en los gremios de trabajadores.
“Como aquí lo mencionó don Carlos Aceves (líder de la priísta CTM), se respete la ley, que al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie. Y que no haya simulación, porque heredamos desgraciadamente del Porfiriato esa mala costumbre de respetar la Constitución en la forma para violarla en el fondo”, sostuvo López Obrador, en el marco de una comida con los líderes sindicalistas, con motivo del Día del Trabajo.
A Palacio Nacional asistieron líderes tan disímbolos como Francisco Hernández, de la UNT; Napoleón Gómez Urrutia, de los mineros; Agustín Rodríguez, del STUNAM; Isaías González, de la CROC; Pedro Haces, de la Confederación Autónoma; Joel Ayala, de FSTSE; Víctor Fuentes, de CFE.
A todos ellos y otros muchos líderes más, López Obrador insistió en que deberán actuar con apego a la ley, pues destacó que es uno de los emblemas de la Cuarta Transformación. “Aprobamos cambios a la ley para combatir la corrupción, para desterrar la corrupción”, sostuvo.
“Para que aprendan”
En su conferencia de prensa, López Obrador destacó que ya entró en vigor la reforma laboral, la cual calificó como un claro beneficio para los trabajadores, en especial el apartado que obliga a la democracia sindical.
“Estoy muy contento con la votación, se aprobó por unanimidad, y es como para decirle a otros países: tengan para que aprendan, un acuerdo unánime”.
Al respecto Zoé Robledo, subsecretario de Gobernación, destacó que la reforma ya alcanza a los trabajadores al servicio del Estado, en lo que calificó como una ruta de libertad y democracia sindical. Por su parte, Luisa María Alcalde, titular de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), mencionó que se trata de una reforma histórica, un pendiente que se tenía porque la democracia no había llegado para el mundo del trabajo.
