CIUDAD DE MÉXICO. Ya con la banda presidencial colocada, el sueño de toda una vida hecho realidad, el Presidente Andrés Manuel López Obrador toma la palabra ante el Congreso de la Unión. Sabe qué es lo que dirá. Por eso, primero una sobada al ya ex presidente Enrique Peña Nieto. “Licenciado Enrique Peña Nieto, le agradezco sus atenciones. Pero, sobre todo, le reconozco el hecho de no haber intervenido, como lo hicieron otros presidentes, en las pasadas elecciones presidenciales”.
Y luego se arranca con un severo juicio en contra de los 36 años de gobiernos neoliberales, desde 1983 a la fecha, en el que destaca la corrupción que se dio, y cómo se fue acentuando hasta los últimos días. Por supuesto, mucho de todo lo que dijo le tocaba directo a Peña.
Mientras López Obrador habla, Peña Nieto parece incómodo. Pero sabe que es lo último. Saliendo de ahí, se acabó. No será perseguido ni con el pétalo de un citatorio.
Y ya hacia el final, endereza una serie de frases: “Bajo ninguna circunstancia habré de reelegirme”… “un joven en bicicleta me dijo: Tú no tienes derecho a fallarnos. Y ese es el compromiso que tengo con el pueblo: No tengo derecho a fallar”.
Andrés Manuel López Obrador, prometió construir una “Nueva Patria” que acabará con la corrupción, la inseguridad y las violaciones en derechos humanos, potenciando a la ciudadanía sin poner en entredicho la economía.
Durante una hora y veinte minutos desgranó muchas de sus propuestas de gobierno, la mayoría de ellas ya anunciadas durante la larguísima campaña electoral, que culminó el 1 de julio con su triunfal victoria con el respaldo del 53 % de los votos.
Peña sólo escuchaba una especie de ‘contrainforme’, con el rostro desencajado.