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28 marzo, 2024

(Internet) Las cifras evidencian que el fracaso de la política de seguridad.

México

Asesinan a 2 mil 500 personas al mes en México

CIUDAD DE MÉXICO. La violencia es el peor de los saldo del gobierno de Enrique Peña Nieto, quien está por concluir su sexenio, el próximo 1 de diciembre.

Sólo este 2018 cerrará como el año más violento en México con cerca de 30.000 homicidios, de acuerdo con cifras oficiales. Pero a lo largo de su gobierno ha habido 2.500 asesinatos en promedio al mes.

Hasta septiembre pasado sumaron más de 125.000 los homicidios dolosos, pero especialistas prevén que el número total pueda llegar a 130.000 a finales de año, como saldo de los 6 años del actual gobierno de México.

Peña Nieto prometió reducir la violencia desde el inicio de su gobierno, y lo logró en los dos primeros años de su gobierno, aunque la tendencia a la baja en realidad comenzó durante el último año de Calderón.

Después de alcanzar un máximo de 22.855 homicidios dolosos en 2011, la cifra bajó a 21.459 en 2012 y continuó descendiendo hasta llegar a 15.520 en 2014.

Pero al año siguiente comenzó el repunte que no se ha detenido hasta ahora. Para 2016, la cifra de homicidios llegó a 20.547, registró 28.753 en 2017 y para septiembre de 2018 ya sumaban 25.394.

Las cifras evidencian que el fracaso de la política de seguridad y prevención de la violencia fue peor con Peña Nieto que en el sexenio de su predecesor Felipe Calderón, quien comenzó la llamada “guerra contra el narcotráfico” en 2006.

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Así, el gobierno que prometió acabar con la violencia del narco termina con un saldo negativo que se extiende en todo el país.

De hecho, la violencia que durante el gobierno de Calderón se concentró en los estados del norte, con Peña Nieto se traslado hacia el centro, sur y costa del Pacífico, donde entidades como Colima, Nayarit, Guanajuato y Puebla alcanzaron niveles de violencia nunca vistos.

Si en 2011 los cinco estados más violentos fueron Chihuahua, Sinaloa, Guerrero Nuevo León y Durango, en 2017 fueron Sinaloa, Guerrero, Baja California, Baja California Sur y Colima.

El sexenio de Peña Nieto también vio crecer el poder de un grupo criminal: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que en 2015 derribó un helicóptero Cougar del Ejército, en Villa Purificación, Jalisco, uno de los más duros golpes a las Fuerzas Armadas en este sexenio.

Aquella fue la respuesta del CJNG a un operativo de las fuerzas federales para detener a Nemesio Oseguera Cervantes, el líder de la organización que en los últimos cinco años se ha convertido en el criminal más buscado en México con poder y recursos aún mayores que los cárteles de Sinaloa, Juárez o del Golfo.

Peña Nieto apostó por la reconfiguración de la seguridad en su gobierno para combatir la violencia. De manera que desapareció la Secretaría de Seguridad Pública –que ahora revivirá su sucesor Andrés Manuel López Obrador– y trasladó la responsabilidad de la seguridad a la Secretaría de Gobernación.

Además creó el cuerpo de la Gendarmería, que relevaría a los militares de su labor de seguridad en la calles. Al final, quedó en una división más de la Policía Federal, conformada por unos 10 mil elementos y, en cambio, el gobierno federal impulsó la Ley de Seguridad Nacional que regulaba las tareas de los militares en las calles.

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