La fecha fue proclamada en 1969 por el Congreso Forestal Mundial, que tomó lugar en Roma; y es que estos seres vivos no solo se encargan de absorber el dióxido de carbono y convertirlo en oxígeno, sino que también nos alimentan, nos protegen del sol y son el hogar de muchos insectos y animales.
Como aspecto curioso, se necesitan 22 árboles por persona para realizar el proceso respiratorio de vida humana, que multiplicado por los millones de habitantes de este planeta, serían ampliamente numerosas las plantas requeridas.
Esto significa que la deforestación que indiscriminadamente sucede en regiones del mundo debería estar prohibida para el perjuicio de supervivencia al quedar la tierra sin pulmones.