El amor es imprevisible, aparece en los lugares y en los momentos menos indicados, y el trabajo no es la excepción.
El problema está cuando pones tu atención en alguien que puede ser un imposible, como el jefe o jefa. Muchas personas caen subyugadas a los pies de sus jefes debido al aura de autoridad que emanan, y que muchas veces se transforma en algo irresistible.
El problema sucede cuando tu jefe no quiere saber de nada con amoríos o relaciones con sus empleados. ¿Qué hacer en estos casos?
Si te gusta tu jefe, pero no tiene intenciones de tener nada serio contigo, sigue estos consejos:
1. Piensa bien en lo que sientes.
No siempre es amor, muchas veces se trata de atracción física o sexual que luego del primer encuentro se apaga. Piensa bien, porque quizá sólo te atrae sexualmente, y eso no es amor ni nada parecido.
Si estás enamorado de tu jefe/a, pero él o ella no quiere tener nada contigo, lo mejor será que te alejes la mayor cantidad de tiempo posible de su presencia.
Si no te queda otra opción, pues eres su asistente personal, en lo posible pide el traslado a otra oficina o cambia de empleo.
2. Piensa sólo en tu trabajo.
Si no puedes irte porque no existe la posibilidad por el momento de cambiar de trabajo, te aconsejo que te concentres en tus tareas.
No hay mejor manera que estar atento a lo que tienes que hacer, y dejar de lado los enamoramientos.
3. Contén tus afectos.
En los amigos y la familia se puede encontrar una gran compañía para olvidar el desamor.
4. Recuerda que no es perfecto.
Tu jefe es una persona como cualquier otra. Tiene sus virtudes y también sus defectos. Evita idealizar y transformar a esa persona en algo que no es realidad.
Recuérdalo, tu jefe no sólo tiene cosas buenas, seguro que también tiene sus defectos, ¡y seguro que son unos cuantos!
5. Autoconvéncete.
Procura convencerte de que la relación con tu jefe no tendría futuro, y que este sentimiento no tendrá ningún porvenir. Te puedo asegurar que con el tiempo lo comprenderás, y le darás una oportunidad a alguien más.