Ciertas investigaciones han demostrado de manera consistente que cuando los padres ofrecen experiencias repetidas y predecibles en las que ven las emociones y necesidades de sus hijos y reaccionan con sensibilidad, los niños progresan en todos los planos: el social, el emocional, el físico, e incluso el académico.
Consejos:
»» 1. Mírate. Lo primero que hay hacer es mirar dentro y recordar cómo fue la propia infancia, la relación con padres y personas cercanas.
»» 2. Aprender a ver el pasado. Reflexionar sobre las experiencias vividas y comprender las heridas y limitaciones de los propios padres. Lo más importante es lo que hagas a partir de ahora, ya que lo único que podemos cambiar del pasado es nuestra manera de verlo. En tus manos está transmitir un buen legado a tus hijos.
»» 3. Conversar entre padres y brindar soporte emocional a la pareja. Lo ideal es que ambos padres comiencen el recorrido de sanar juntos, de esta manera podrán apoyarse, y los hijos (que todo lo observan) sentirán la confianza en la coherencia de la crianza. En caso de no poder hacerlo, recuerda que todo cambio comienza con una sola persona, ¡así que arriba el ánimo! y da tú el ejemplo.
»» 4. Define el camino de tu propia familia y trabaja en ello. En principio puedes sentir la presión social y querer armar un berrinche como lo hacían en tu familia, por ejemplo. Pero con la práctica, podrás establecer tu propia disciplina y armonía familiar única e irrepetible, donde los beneficios a largo plazo serán tu mejor regalo.
»» 5. Rompe el círculo de limitaciones y de dolor del pasado. Procura crear una nueva realidad y experiencias que aporten valor a la relación con tus hijos. A través de la empatía podrás reconocer qué le causa pesar, y así brindarle herramientas para poder superarlo de manera saludable y duradera.
»» 6. Desarrolla gratitud hacia tus propios padres. Si quieres crear un futuro lleno de amor familiar debes sanar todas las relaciones a tu alrededor, comenzando con el origen de nuestra vida. La compasión será tu mejor aliada para entenderte y comprender a tus hijos y sus etapas.