La plancha es uno de los electrodomésticos que más se usan en cualquier casa; pero igual que el refrigerador o la aspiradora requiere un cierto nivel de mantenimiento.
Con el uso repetido de la plancha, puede ir apareciendo una ligera capa de residuos minerales en las placas; y ésto impide que el vapor fluya, o también se traspasa a la ropa.
Para evitar estos inconvenientes, sigue esta guía:
»» 1. Asegúrate de haberla desenchufado y que esté fría. Mientras, prepara una simple pasta con una parte de agua y dos de bicarbonato.
»» 2. Esparce por toda la superficie de metal, y con la ayuda de un trapo haz que penetre hasta en las ranuras. Deja que actúe por 10 minutos.
»» 3. Con una toalla húmeda remueve la pasta. Verás que también saldrá el sucio y óxido acumulado. Si notas algunas manchas que no salieron, intenta con una solución de vinagre y sal.
»» 4. El siguiente paso para limpiar una plancha es llenar el depósito con una mezcla de agua y vinagre. En todo caso, comprueba en el manual que puedas usar este último agente; si no, usa sólo agua.
»» 5. Conecta la plancha y llévala a la máxima temperatura. Utiliza un trozo de tela y plánchala tal como lo haces siempre. Notarás cómo sale toda la suciedad y el vapor no es tan claro como siempre. Pasados unos 10 minutos, desconecta, y por último, vacía el recipiente.
»» 6. Terminada la tarea de limpiar una plancha, podrás guardarla de la forma regular. Ten en cuenta que, dependiendo de la frecuencia y las cargas de ropa, habrá que repetir el procedimiento una vez al mes, cada o dos o tres como máximo.