El ajo es uno de los ingredientes más populares en el mundo, y forma parte de casi cualquier sofrito; también se usa para infusionar aceites, en encurtidos o crudo. Ahora, si sufres tratando de quitarles la piel y al cortarlos, no dejes de probar estas alternativas.
1. Aplánalos. Si tienes una cabeza de ajo, primero deberás romperla un poco hasta extraer la cantidad de dientes que necesites. Colócalos en tu tabla de cortar –preferiblemente de madera– y con un cuchillo de hoja ancha o espátula presiona gentilmente. Puedes hacer un único movimiento, más fuerte, o en algunos toques.
2. Dos cuencos. Otra de las opciones rápidas para pelar ajos es la técnica de los dos recipientes, una de las favoritas de los chefs. Para esto, igual debes separar los dientes con los que vayas a cocinar; después, échalos en un bol y tápalo con el otro. Agita con ganas por unos veinte segundos y destapa. Encontrarás todas las cáscaras separadas y la mayoría del ajo intacto y listo para usarse. Si no quieres tocarlos, no olvides usar unos guantes.
3. Ondas de calor. Para no repetir estas acciones con mucha frecuencia, puedes optar por hacer un lote semanal. Y el microondas será tu mejor aliado. Solo sepáralos con antelación, caliéntalos por unos 15 segundos y retíralos. Deja que enfríen y luego aprieta una de las puntas, ¡saldrán por sí solos! Esto ocurre porque al entrar en calor, la concha pierde humedad y se vuelve más seca, por ende, te será mucho más fácil pelar ajos de ahora en adelante.
4. Conserva. Los dientes que no vayas a usar consérvalos en tarros de vidrio en la parte alta de la nevera, o en el congelador.