El baño es uno de los espacios a los que dedicamos mayor atención cuando limpiamos la casa. Sin embargo, puede que no sean las mejores estancias para guardar algunos de tus objetos más preciados.
El calor y la humedad son el perfecto caldo de cultivo de hongos y bacterias. Además, este micro clima suele dañar las fibras de una amplia variedad de materiales y los acabados de ciertos objetos.
»» Medicinas. Aunque los gabinetes del baño son el lugar de almacenaje por excelencia, los cambios de temperatura –al abrir y cerrar la ducha–, y la luz pueden alterarlas. Mejor consérvalas en un botiquín en la habitación.
»» Joyas. El vapor de agua que se acumula, aparentemente, acelera el proceso de oxidación de las diferentes aleaciones metálicas que tienen los anillos, zarcillos, cadenitas y brazaletes. Incluso si no las usas mientras te bañas, mejor que estén en tu tocador en una bella bandeja.
»» Cosméticos y perfumes. No importa si prefieres las texturas líquidas o compactas, el maquillaje es delicado. Y si no quieres que tus labiales se derritan, o los esmaltes de uña se solidifiquen, retíralos del baño. Lo mismo sucede con los perfumes y splashes; para que su fragancia dure más tiempo, deben tenerse en situos semi-oscuros y secos.
»» Lencería. Otra de las cosas que debes remover del baño son las piezas de lencería fina y toallas.
»» Hojillas de afeitar. Asegúrate de tenerlas en otra repisa que no sea la flotante junto al lavamanos. Igual que ocurre con los accesorios, las afeitadoras tienen terminaciones metálicas y éstas se oxidan.
