Una de las primeras imágenes que asociamos a la palabra "comodidad" es la de nuestra cama perfectamente hecha; pero es importante saber esponjar las almohadas.
En el mercado existen múltiples opciones de almohadas. Están las clásicas de pluma de ganso, las de goma-espuma, y hasta unas fabricadas en gel.
También hay variedad en los tamaños: individuales, dobles y otras maxi, muy anchas y delgadas. Aunque la elección dependerá de tus gustos, posturas, dolencias y hasta reacciones alérgicas.
Tips
»» Estira por los lados. La técnica más simple consiste en tomar cada almohadón por los extremos y estirarlos gentilmente. De esta forma, el relleno se separará, y también se eliminarán los restos de humedad. Después, basta darle unos golpecitos en el centro para amoldarlas. Para un mejor efecto, toca repetirlo por unos 2 o 3 minutos.
»» Al sol. Otra de las maneras de esponjar almohadas es sacarlas de la habitación y dejarlas al sol por un par de horas. Si puedes, es conveniente que las cuelgues en el tendedero y luego les des la vuelta. No solo se quedarán más frescas literalmente, también el interior recuperará el volumen que haya perdido.
»» Si eres una persona con tendencia a sufrir de rinitis alérgica, usas lentes de contacto o tienes una piel muy sensible, te recomendamos que integres este paso a tu rutina al menos una vez por semana.
»» Aprovecha la oportunidad al esponjar las almohadas y lava las fundas, o rocíalas con un spray aromático. Esta costumbre no sólo repercutirá en tu propio descanso, es fundamental para hacer que las almohadas duren más.
»» Los expertos señalan que se deben reemplazar cada 3 o 4 años. Haz esta prueba: dóblala por la mitad; si no recupera su forma, debes comprar una nueva.
