Los siglos IXX y XX vieron el surgimiento de algunos movimientos que comenzaron a abandonar la Biblia. El principal y más grave fue el movimiento de la teología liberal que surgió en el siglo IXX. Enseñaban que la Biblia no era la completa y absoluta revelación de Dios, sino que sólo la contenía. Con todo, procuraron quitarle a la escritura su autoridad.
Luego, en el siglo XX surgieron movimientos subjetivos y emocionalistas, donde la opinión, la experiencia y los sentimientos personales se convertirían en la principal autoridad.
Así comenzó una sucesión de eventos que trajeron otros movimientos que si se alejaron de la Biblia. De pronto comenzó a importar más la alabanza que la predicación, los cristianos se enfocaron más en tener un don espectacular que en entender la Biblia y muchos comenzaron a medir el éxito de una predicación por la cantidad de lágrimas que provocaba en la audiencia.
Lejos de la Escritura
Durante los dos últimos siglos también fue penetrando en la iglesia la destructiva filosofía del pragmatismo, centrado en lo práctico y funcional para dar resultados.
En muchas iglesias, el fin comenzó a justificar los medios. Los creyentes ya no se preguntaban si era algo era bíblico, pues el hecho de que algo diera resultados sería suficiente para adoptarlo en la praxis cristiana; los resultados tendrían mayor autoridad que la Biblia misma.
Todos estos acontecimientos fueron los eslabones para que a finales del siglo pasado y a principios de este, la bomba estallara, tanto del lado del falso evangelio, como del verdadero.
En Latinoamérica surgieron falsos maestros, con enseñanzas descaradamente falsas y lo que se había construido por décadas anteriores comenzó a dar frutos en estas últimas décadas.
Regresar a su Palabra
Por el otro lado, surgió una generación de creyentes que deseaba regresar a la Escritura. Como respuesta a lo falso, con la ayuda de ministerios importantes y del Internet, también la verdad de la Biblia resurgió.
En toda Latinoamérica surgieron iglesias que estaban regresando a la sola escritura. Sin duda, Dios levantó personas claves en distintos sectores para este nuevo despertar, expandiendo el mensaje verdadero de las Escrituras, el cual despertó a un remanente fiel que se levantó para sostener de nuevo la Biblia como la última autoridad para la iglesia y la fiel, verdadera, plenaria y verbal revelación de Dios.
Hay un futuro que nos espera, no cometamos el error de abandonar la sola escritura, seamos parte de este nuevo despertar.
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