Viajar en familia es uno de los mejores pasatiempos para desconectarse de la rutina, tanto para adultos como para niños.
Sin embargo, cada edad requiere atenciones, no todos son partidarios del mismo destino y el presupuesto puede alargarse fácilmente entre transporte y alojamiento.
CONSEJOS
»» 1. Destinos turísticos adecuados.
»» Combinar, contrastar y fijar primero el itinerario a seguir. Después, pueden aplicar los precios más baratos o las opciones turísticas apropiadas y más cercanas adaptadas al destino.
»» 2. Alternativas más baratas.
»» Sustituir una marca evidentemente más cara por otra más económica o cercana puede convencer igualmente a los más pequeños.
»» 3. Opción camping.
»» Acampar en algún complejo o zona permitida puede reunir numerosas actividades gratis o incluidas para toda la familia. Desde dar de comer a animales hasta pescar, piscina y animaciones, además del gran aliciente social en el que nuestros hijos podrán relacionarse con otros niños. Al mismo tiempo, los adultos pueden relajarse en la playa (hay muchos campings costeros), tomar una copa en el minibar o preparar una barbacoa.
»» 4. Comida incluida.
»» Incluir sus comidas en el hotel puede ser la mejor opción para evitar desajustes a la hora de comer fuera. Muchas cadenas incluyen servicio buffet o bares económicos anexionados a las instalaciones; un modo de comer variado, sano y barato.
»» Pueden también disponer de un pequeño frigobar en la habitación para mantener sándwiches o bebidas para los niños, en algunas de sus salidas.
»» 6. Turismo de baja temporada
»» Si bien las vacaciones de los más pequeños suelen coincidir con las temporadas más fuertes del turismo, aprovechar los huecos del otoño (octubre o abril en la playa es cada vez más factible) o festividades regionales para viajar a otros lugares, e incluso para poder realizar ese viaje que no harías en pleno verano.