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5 julio, 2024

Vivir Bien

Terapia con ritmo

Roberto Antillón
Agencia Reforma

La estimulación infantil por medio de melodías fomenta el desarrollo mental, afectivo y motor, cuenta el musicoterapeuta Pablo Torres.

"Es una actividad que se disfruta, pues no hay niño que no muestre interés en el sonido. Eso nos permite entrar en su mundo y hacer maravillas con su desarrollo porque la estimulación musical no tiene límite", comenta. 
Lo mismo se recomienda para embarazadas -un tratamiento antes de la semana 20 y otro para la etapa final- que en niños de hasta ocho años.

Así, por ejemplo, al compás de la guitarra y un par de tecomates (vasijas), los bebés de entre cero y dos años se divierten en un espacio diseñado para desarrollar sus capacidades mediante canciones entonadas por sus papás. 

Con ello, en lo cognitivo, se fortalece la memoria de los pequeños, aumenta su creatividad y se desarrolla el pensamiento matemático. Y, en lo afectivo, los padres entienden el proceso de desarrollo de sus hijos, comparten tiempo de calidad y fortalecen vínculos. 

"Hace que entiendan al otro, la música logra una formación de valores y además de percibir la sensación de movimiento desde gatear, correr y finalmente dominar un instrumento", menciona el director del Centro de Estimulación Musical. 

Tras integrar la música en la vida de los bebés, llega el momento de darles lecciones de algún instrumento.
"Es maravilloso verlos a los 6 o 7 años, aquí hacemos conciertos en los que interpretan a los grandes como Beethoven o Vivaldi, desarrollan mucho el oído y su capacidad mental en todas las áreas", dice. 

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En especial, estas técnicas se recomiendan en infantes con autismo, síndrome de down o trastorno de déficit de atención. 

"Para un niño autista la música es el mundo. Es la mejor terapia. Nosotros tenemos casos de autistas bien regularizados porque la música integra, en él, todo aprendizaje significativo, para ellos se recomiendan más de dos sesiones por semana".  

Más allá del aula

Erika Acosta llevó a Enzo, su primogénito, a la musicoterapia desde que tenía 7 meses, pues la considera una actividad muy completa que, incluso, va más allá del salón de clases, pues lo que ahí aprende lo practica en casa o en el parque.

"Lo que más disfruto es el tiempo exclusivo que tengo con mi hijo, estamos con otros bebés pero también tiene clases solo, nos conectamos y nos entendemos", cuenta.

"Primero juegan libremente con juguetes mientras escuchan música, después cantamos una canción y recogen lo que utilizaron, esto complementa la educación porque en casa cantamos la canción y él recoge sus juguetes, después nos saludamos y comenzamos a cantar".

Play a los clásicos
Pablo Torres, educador musical, recomienda que los papás les compartan a…
– Bach. Cuando los niños están estudiando, pues activa su mente.
– Mozart. Los segundos movimientos son ideales para descansar o dormir.
– Vivaldi. Mientras juegan, ya que aumentan su creatividad.

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