El pasado es parte de nuestra historia, aunque haya ocurrido aquel momento es posible que todavía estemos marcadas por él.
Cuando nos cargamos de situaciones pasadas, arrastramos al presente pensamientos y actitudes que nos dificultan avanzar.
Sentirse anclado causa estrés, y finalmente se manifiesta en verdadero dolor físico en zonas claves del cuerpo.
Pasos:
1. Averigua qué es lo que te afecta.
- Pudo haber sido una discusión, alguna meta inconclusa, o alguien que no pudimos ayudar o mantener en nuestra vida presente.
- En ocasiones nos sentimos culpables por no haber cumplido con lo prometido de la forma que quisimos, no obstante, lo relevante es comprender que hay cosas, situaciones y personas que no podemos controlar, y asumir eso nos quita un peso importante de los hombros.
- Sólo podemos hacernos cargo de lo que sentimos, y nuestra acción y reacción ante la vida.
2. Trabajar nuestro mundo interno.
- Una vez identificado lo que ocurrió que nos perturbó, debemos asumir con responsabilidad nuestras emociones. No hay problema si te produce tristeza, rabia o nostalgia, lo que debes aprender es que la emoción se origina por algún hecho. Tener esta consciencia emocional y saber trabajarla te permitirá más adelante superar los problemas con mayor facilidad y menos dolor.
3. Enfocarte en lo importante.
- Cuando nos empeñamos en las cosas pequeñas, podemos perder el foco de nuestro proceso y volver a caer en lo mismo. Conseguir el método adecuado para enfocarte en ti y en mejorar toma su tiempo, pero una vez que encuentras algo que te motiva a mejorar, no habrá marcha atrás.
- La actividad que elijas puede cambiar con el tiempo, prueba a hacer yoga o ir a terapia para desahogarte, haz lo que esté en tus manos para seguir hacia adelante. Estos simples pasos son claves para tener una vida saludable, sobre todo en lo mental y espiritual.