Consejos
»»1. Aceptar las diferencias. Cualquier persona, sea o no de nuestra familia, tiene el derecho a pensar distinto, a gustar de otras cosas, y siempre que no actúe de manera peligrosa o agresiva hacia sí mismo y los demás, sólo debería recibir el apoyo familiar, y no el juicio constante.
»»2. Castigar las mentiras. Las mentiras no tienen espacio en una familia feliz. Desde niños, los más pequeños deben comprender que decir la verdad no es sólo adecuado, sino mandatorio.
»»3. Evitar las críticas. Señalar el error ajeno sin proponer una solución no hace nada bueno por ningún tipo de relación, y lo único que se logra es generar conflictos familiares.
»»4. Evitar los insultos. Sólo llevan a agravios y a peleas. En cambio, usa palabras amables, habla con claridad, y no dejes que las malas palabras sean parte de tu vocabulario.
»»5. Fomentar la inclusión. Si hay una decisión por tomar, pide la participación o la opinión de todos los miembros de la familia, especialmente si es numerosa. Los adultos serán, en definitiva, quienes definan el resultado, pero dar el espacio a cada quien para hacer su aporte, y tenerlo en cuenta, es una gran manera de demostrar inclusión e importancia.
»»6. Premiar los logros. Nada es demasiado pequeño, y todos gustamos de ser felicitados y premiados por nuestros esfuerzos.
»»7. Separarse físicamente. Cuando dos miembros de la familia estén a punto de enfrentarse en un debate negativo, cada quien debe abandonar la habitación y contar hasta 100 antes de regresar. Separarse físicamente cortará la pelea desde su raíz.
