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22 diciembre, 2025

SAN LUIS OBISPO

Campeche

SAN LUIS OBISPO SIGUE EN “CIRUGÍA MAYOR”

CAMPECHE, CAMP. A un año del derrumbe de uno de los templos más emblemáticos del municipio de Calkiní, la parroquia de San Luis Obispo sigue en obra abierta y con plazos largos por delante. El próximo 29 de diciembre se cumple un año de la caída de 19 metros del techo que dejó solo 17 metros de bóveda original en pie. Hoy, el dato que marca el pulso de la reconstrucción es claro: el techo no estará listo sino hasta mediados de 2026 y aun entonces quedarán trabajos finos pendientes.

El padre Fernando Manzo Barajas confirmó que las labores avanzan sin pausas desde que comenzaron formalmente el 9 de mayo, aunque el ritmo ha sido necesariamente lento. La etapa más larga ya se superó, la separación y levantamiento de escombros tomó cuatro meses completos y exigió maniobras minuciosas para no dañar las secciones que sobrevivieron al colapso. Esa fase consumió tiempo, pero evitó pérdidas mayores.

Algunos avances ya son visibles. La tribuna elevada interior del área del coro está completamente terminado y revestido nuevamente con piedra, respetando su apariencia original. De igual forma el piso será renovado, ya que durante el derrumbe se hizo un hueco de casi un metro de profundidad. Después vendrán el fraguado, los revocos y otros trabajos que no pueden acelerarse sin comprometer la resistencia del conjunto.

EL TECHO, PRUEBA DE RESISTENCIA

Durante un recorrido aéreo con drone en el recinto, la imagen es contundente. El templo está convertido en una obra abierta: piedra apilada en todos los alrededores, tambos de cemento, andamios cubriendo la nave y un techo provisional de láminas que resguarda a los obreros del sol y la lluvia.

Esa cubierta temporal ha sido clave para montar estructuras bajo la zona derrumbada y permitir que los albañiles trabajen con mayor alcance, estabilidad y seguridad.

El párroco reconoció que hoy el reto está en el corazón del templo, rehacer la bóveda de cañón tal como era originalmente. El techo estaba construido con mampostería tradicional de piedra caliza, sascab y cal, una técnica que obliga a conseguir material específico y en grandes cantidades.

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“Parte de la piedra fue rescatada del propio derrumbe; otra sigue llegando desde Yucatán, traída por una empresa privada cuyo nombre se mantiene reservado. El tamaño y la calidad de la piedra determinarán la estabilidad de la bóveda”, señaló el padre.

PROTECCIÓN CONTRA HUMEDAD Y PLAGAS

En paralelo, se ha desarrollado una fase silenciosa pero clave, la descontaminación. Desde la separación de escombros y durante todo este año, cada dos semanas se ha realizado un trabajo continuo para proteger el retablo de madera y el resto del patrimonio interior. Las 14 imágenes religiosas fueron resguardadas y fumigadas para evitar daños por humedad, termitas u otros insectos, lo mismo que los cuadros del Viacrucis y las bancas del templo.

Las imágenes protegidas son la Santísima Trinidad, Cristo Resucitado, el Santo Niño de Atocha, el Cristo de la Columna, San Fabián, San Luis Obispo, San José, Santo Domingo de Guzmán, la Purísima Concepción de María, San Francisco de Asís, Cristo Crucificado, el Espíritu Santo, la Virgen de la Concepción y el Sagrado Corazón. Todas permanecen fuera de riesgo mientras la obra continúa.

PROMESA EN MARCHA

El sacerdote explicó que, en términos generales, el INAH cumplió con lo que había comprometido. Reconoció que el levantamiento de escombros inició con retraso, pero subrayó que una vez que los trabajos arrancaron de manera formal, no se detuvieron. Confirmó que los muros, cimientos están en buen estado, pero recibirán mantenimiento preventivo.

Desde un inicio se habló de una partida inicial cercana a los 15 millones de pesos para la reconstrucción, pero esto se trataría de una cifra abierta, ya que la inversión podría aumentar conforme avancen los trabajos y se definan nuevas necesidades, lo que mantiene el monto final aún incierto.

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Más allá del techo, aún queda una lista extensa de pendientes. Esto desde instalar tapiales, apuntalar las secciones de la bóveda que aún se conservan, proteger puertas, barandales, columnas, nichos y pilas bautismales, así como realizar una limpieza preliminar del retablo y de los altares laterales. Esto no solo para corregir, sino para evitar los mismos errores del pasado.

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