CAMPECHE.- La reconocida saxofonista y valiente activista María Elena Ríos se convirtió en el epicentro de un evento singular que logró fusionar la profundidad del arte con la imperiosa necesidad de la conciencia social.
Su destacada presentación tuvo lugar en el solemne y emblemático Claustro del Instituto Campechano, transformando el histórico recinto en una tribuna de expresión y resistencia. La elección de este escenario no fue casual, ya que enmarcó la resonancia de su mensaje en un contexto de gran relevancia cultural e histórica para el estado.
Esta participación artística de alto perfil se inscribió como una parte fundamental de las actividades conmemorativas que se realizan anualmente en el marco de los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género. La convergencia de su activismo con la agenda cultural oficial maximizó el alcance de su causa, asegurando que su mensaje llegara a una audiencia más amplia y diversa. Su presencia en la capital campechana fue, en esencia, un acto de solidaridad y una demostración palpable de cómo la expresión cultural puede ser un vehículo efectivo para el cambio social profundo.
Además de su alineación con la campaña global contra la violencia machista, el concierto de María Elena Ríos formó parte integral de la programación oficial del Festival Internacional del Centro Histórico (FICH) 2025. Este doble contexto otorgó a la presentación una significación añadida, elevando la discusión sobre los derechos de las mujeres al primer plano de los eventos culturales de mayor prestigio en la región. El FICH, al incluir activamente la voz de Ríos, demostró un compromiso claro con temas de justicia social y equidad de género.
María Elena Ríos es ampliamente reconocida no solo por su indudable talento musical, sino también por la inquebrantable firmeza con la que utiliza su saxofón y su voz como herramientas directas en la lucha por la justicia y los derechos fundamentales de las mujeres en todo el país. Su propia historia de sobrevivencia la ha convertido en un símbolo de resiliencia, prestando una autenticidad inigualable a cada nota que interpreta y a cada palabra que pronuncia en público, lo que magnetiza la atención del público hacia el fondo de su mensaje.
Durante su tiempo en el escenario, la talentosa instrumentista deleitó y conmovió profundamente a todos los asistentes al interpretar diversas piezas musicales con una maestría palpable. A través de la vibración de su instrumento de viento, Ríos consiguió enviar un poderoso mensaje cargado de resistencia, esperanza y, sobre todo, sanación, demostrando que la música puede ser una vía poderosa para procesar el dolor y catalizar la transformación personal y colectiva frente a la adversidad.
La presentación de María Elena Ríos ofreció una plataforma sonora excepcionalmente poderosa y emotiva, crucial para sensibilizar al público asistente sobre la urgencia ineludible de erradicar todas las formas de violencia que aquejan a las mujeres. Su arte se erigió como un llamado audible a la reflexión y a la acción inmediata, instando a la sociedad a asumir su papel en la construcción de un entorno libre de machismo y violencia de género para las futuras generaciones.

