C A R M E N , CAMP.- Pese al cansancio y las inclemencias del clima, Gustavo Cimá Pantí, de 36 años de edad y originario de Maxcanú, Yucatán, sigue pedaleando su modesta bicicleta, teniendo en su mente el cumplir su promesa, como cada año, a la Virgen de Guadalupe.
Junto con tres compañeros más y cargando una pesada escultura cada uno, han recorrido cientos de kilómetros, con la mira puesta en llegar al Cerro del Tepeyac, para cumplir su promesa a la Virgen de Guadalupe.
Cada uno de los peregrinos guadalupanos lleva a cuestas, además del peso de escultura, su propia historia que lo llevó a este desafío, una promesa que de debe cumplir y que confían en la promesa de la Virgen morena al decir “no temas, no soy yo tu madre que te cuida”.

