SELVA NEGRA, PUEBLA.- La comunidad de El Tepeyac, en el municipio de Eloxochitlán, Puebla, vive momentos de incertidumbre y temor. Las intensas lluvias desatadas por el huracán Erick han incrementado el caudal del río Tonto, que ahora amenaza con desbordarse y dejar incomunicada a esta localidad serrana.
Los dos puentes que conectan a El Tepeyac con el mundo exterior —uno hacia Tezonapa, Veracruz, y otro hacia Tlacotepec de Porfirio Díaz, Puebla— están al límite, rebasados por la fuerza del agua que impide el paso de vehículos y ha aislado a la población en múltiples ocasiones durante las últimas horas.
El rugido del río se mezcla con la preocupación de los habitantes, quienes observan cómo el nivel del agua sigue subiendo.
“Nunca habíamos visto el río tan crecido. Los puentes ya no aguantan, y si esto sigue, no vamos a poder salir ni entrar”, relata don Mariano, un agricultor de la zona, mientras observa el agua turbia que arrastra ramas y escombros.
La comunidad, de poco más de mil habitantes, depende de estos puentes para acceder a servicios básicos, alimentos y atención médica, pero la furia de la naturaleza los ha puesto en jaque.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) no ofrece alivio: las lluvias torrenciales continuarán en la región durante las próximas horas, lo que podría agravar la situación.
El pronóstico advierte que el huracán Erick, aún activo en el Golfo de México, mantendrá condiciones de alto riesgo en la Sierra Norte de Puebla, donde el río Tonto podría alcanzar niveles críticos.
GRITO DE AUXILIO
La población de El Tepeyac clama por ayuda urgente. Las autoridades locales han solicitado la intervención inmediata de Protección Civil para monitorear el cauce del río y prevenir una tragedia.
Además, se ha hecho un llamado directo al gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, para que coordine acciones preventivas, incluyendo la posible evacuación de la comunidad en caso de desbordamiento.
“No queremos perderlo todo. Necesitamos que alguien nos escuche antes de que sea demasiado tarde”, expresó María, una madre de familia que teme por la seguridad de sus hijos.
La situación es apremiante. El riesgo de aislamiento total y los posibles daños a viviendas y cultivos mantienen en vilo a los habitantes de El Tepeyac.
La respuesta de las autoridades será crucial para evitar que el río Tonto, en su furia desatada por el huracán, se convierta en el protagonista de una tragedia anunciada.
