CAMPECHE, CAMP.- En el estado y sus alrededores, las garrapatas están dejando de ser solo una molestia, se están convirtiendo en una amenaza silenciosa para la salud. Dos enfermedades transmitidas por estos parásitos, la ehrlichiosis y la anaplasmosis, registran un incremento preocupante en la región, advirtió Manuel Weber Rodríguez, investigador de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).
Dio a conocer que, el dato más revelador del estudio, publicado en la revista “Frontiers in Ecology and Evolution”, rompe con una vieja creencia, no son los tlacuaches los principales responsables de la propagación, sino los perros. “Encontramos que los perros callejeros e incluso los que tienen dueño presentan mayor prevalencia de estas bacterias que los tlacuaches”, explicó Weber.
Estos casos se han concentrado en zonas como Chiná, Bobolá y el campo experimental del Inifap, donde se detectó una alta presencia de perros infectados con ehrlichiosis y anaplasmosis. Aunque no son padecimientos nuevos, su incidencia va en aumento en todo el país, con Yucatán a la cabeza y Campeche en segundo lugar, lo que confirma que la propagación de estas enfermedades.
Las dos enfermedades son causadas por bacterias —la Ehrlichia y la Anaplasma— que se transmiten por la picadura de garrapatas infectadas. Aunque los síntomas pueden confundirse con un cuadro viral común —fiebre, cansancio, dolor muscular o articular—, la ehrlichiosis y la anaplasmosis pueden volverse graves si no se diagnostican a tiempo, afectando órganos vitales como el hígado o el sistema nervioso.
Weber insistió en que el aumento de perros callejeros, la falta de control veterinario y las altas temperaturas crean el ambiente ideal para la proliferación de garrapatas. “El cambio climático también juega un papel; las garrapatas viven más y se expanden a nuevas zonas”, comentó.
El investigador recomendó a la población revisar constantemente a sus mascotas, acudir al veterinario y mantener los patios limpios, sobre todo en temporada de calor y lluvia, cuando la presencia de estos parásitos se dispara. El hallazgo no solo pone en alerta a las autoridades sanitarias, sino que obliga a repensar el papel de los animales domésticos en la cadena de transmisión.

