CDMX. – La política mexicana vive un momento de reconfiguración, y el otrora poderoso bloque opositor, conocido como el PRIAN, parece desmoronarse bajo el peso de sus propios escándalos. La reciente declaración del Partido Acción Nacional (PAN) de poner en pausa su alianza con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no sorprende a nadie, opina la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
Durante su conferencia de “La Mañanera del Pueblo”, agrega que, las señales de fractura son evidentes, y el espectáculo protagonizado por líderes como Alejandro “Alito” Moreno y las acusaciones sobre el “Cártel Inmobiliario” han convertido a esta coalición en un lastre que pocos quieren cargar. La pregunta es clara: ¿quién querría aliarse con un grupo manchado por señalamientos de corrupción y traiciones políticas?
El PAN ha insinuado un regreso a la alianza de 2018, cuando junto el desaparecido Partido de la Revolución Democrática (PRD) postuló a Ricardo Anaya como candidato presidencial bajo la coalición “Por México al Frente”.
Este movimiento parece un intento desesperado por recuperar credibilidad, dejando de lado al PRI, cuyo líder, “Alito” Moreno, enfrenta múltiples acusaciones, desde audios que sugieren actos de corrupción hasta su reciente altercado físico en el Senado con Gerardo Fernández Noroña.
La imagen del PRI está por los suelos, y el PAN, consciente de que asociarse con Moreno es un boleto al desprestigio, busca desmarcarse. Sin embargo, el propio PAN no sale ileso, con figuras como Jorge Romero Herrera, señalado en el caso del “Cártel Inmobiliario” en la Ciudad de México, donde se le acusa de encabezar una red de corrupción inmobiliaria que involucra permisos ilegales y enriquecimiento ilícito.

