CAMPECHE. Los Cristos Negros de la península de Yucatán son más que imágenes religiosas; cada uno porta una historia singular y tradiciones que los distinguen dentro de la Iglesia católica.
CRISTO NEGRO DE SAN ROMÁN, CAMPECHE
La leyenda del Cristo Negro de San Román, en Campeche, narra que la imagen llegó milagrosamente en 1565 desde Veracruz.
Según la tradición, durante una tormenta, la figura de ébano tomó el timón de un barco, salvándolos del naufragio.
Hoy, la escultura se encuentra en la iglesia de San Román y es venerada como patrono de pescadores y marineros.
FESTIVIDAD ANUAL
– PROCESIÓN MARÍTIMA: Cada año, durante 21 días, se celebra una fiesta que incluye una procesión por tierra y mar, recreando la llegada milagrosa del Cristo a las costas campechanas.
– CELEBRACIÓN DE LA FE: Este evento fortalece la devoción de los fieles, quienes conmemoran el milagro con fervor y gratitud.
CRISTO DEL AMOR O DE LAS AMPOLLAS, KINCHIL
El Santo Cristo del Amor, también conocido como Cristo de las Ampollas, tiene su origen en el siglo XVII en Ichmul, Yucatán.
La tradición cuenta que la imagen sobrevivió milagrosamente a un incendio que la dejó ennegrecida y con marcas que asemejan ampollas.
Posteriormente, fue trasladada con gran solemnidad a Kinchil, donde la Iglesia ha promovido su devoción a través de celebraciones y actos litúrgicos.
CRISTO NEGRO DE SISAL, YUCATÁN
El Cristo Negro de Sisal, Yucatán, emergió hace más de un siglo, cuando pescadores lo encontraron flotando en el mar, atrapado en sus redes.
Este hallazgo dio origen a una profunda devoción en el puerto.
Cada año, los fieles honran al santo patrono de los pescadores con una procesión marítima, pidiendo abundancia en el mar y agradeciendo los milagros recibidos.
TRADICIÓN Y FESTIVIDADES
– Cada agosto, la imagen es llevada en procesión sobre el mar, una ceremonia que bendice las aguas y pide prosperidad para la pesca.
– Esta tradición, una de las más arraigadas de Yucatán, refleja la fe inquebrantable de los habitantes de Sisal.

