CDMX – La última sesión extraordinaria de la Comisión Permanente en el Senado de la República se convirtió en un nuevo capítulo de tensión legislativa, al reunir nuevamente a Alejandro “Alito” Moreno, líder del PRI, y a Gerardo Fernández Noroña, presidente del órgano legislativo, tras el altercado que protagonizaron el pasado miércoles.
El ambiente en el Pleno era eléctrico. Desde el inicio, Fernández Noroña dio lectura a un pronunciamiento que condenaba “la cobarde y grupal agresión” de seis legisladores priistas, quienes, según el documento, actuaron “con alevosía y ventaja” contra el senador presidente.
La declaración desató una inmediata reacción. “¡Mentira!”, exclamó el priista Manuel Añorve, mientras un chiflido resonó desde la bancada del PRI, que dominaba el lado derecho del Pleno ante la ausencia de PAN y Movimiento Ciudadano. La sesión, marcada por la rispidez, tuvo como protagonistas a figuras como el diputado Carlos Gutiérrez Mancilla, quien el miércoles jaloneó el abrigo de Fernández Noroña y ayer se mostró desafiante, levantándose de su escaño con gestos retadores.
También destacó la presencia de Erubiel Alonso, otro implicado en el zafarrancho previo, y de Rubén Moreira, quien acompañó con manoteos y gritos las intervenciones de sus correligionarios. Alejandro Moreno, por su parte, mantuvo un semblante serio, mientras Pablo Angulo se sumaba al coro de protestas.
Pese al caos, la Comisión Permanente logró aprobar el pronunciamiento, exigiendo al PRI cesar sus acciones violentas y recordando que el Congreso debe ser un espacio de deliberación pacífica, donde el diálogo prevalezca sobre la confrontación política.
