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6 diciembre, 2025

Ricardo Aldana

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TRAICIONA ALDANA A BASES PETROLERAS

Ricardo Aldana se la jugó con Adán Augusto, financiando la campaña política de su “cuate”.

CAMPECHE, CAMP. El Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) llegó a su 90 aniversario con más sombras que luces. Lo que debió ser una conmemoración histórica de la lucha obrera terminó siendo un recordatorio de traición, desencanto y sumisión. Ricardo Aldana Prieto, heredero político de Carlos Romero Deschamps, exhibió un liderazgo opaco, complaciente e incapaz de defender los derechos de más de 120 mil trabajadores de Pemex.

El gremio, lejos de fortalecerse, se empobrece. En el Domo de Ciudad Madero, Tamaulipas, Aldana pronunció un discurso vacío, sin exigencias ni propuestas concretas, mientras las negociaciones del Contrato Colectivo de Trabajo 2025-2027 naufragaban. El único acuerdo alcanzado fue un incremento salarial del 5 por ciento, insuficiente frente a la inflación y las necesidades urgentes del sector.

TRAICIÓN POLÍTICA

La inconformidad no solo es laboral. Durante el proceso interno de Morena, el STPRM retiró su respaldo a Claudia Sheinbaum Pardo y desvió recursos humanos y económicos a favor de Adán Augusto López Hernández.

La maniobra evidenció fracturas internas, manipulación de las bases y subordinación a intereses políticos personales.

Incluso, entre los pasillos sindicales y versiones de trabajadores, se habló de supuestos vínculos de esa operación con “la barredora”, estructura que habría canalizado apoyos logísticos y financieros para impulsar la precampaña de Adán.

La apuesta de Aldana, más cercana a un movimiento de sobrevivencia que a una estrategia gremial, debilitó la relación con la Cuarta Transformación y minó la confianza de miles de petroleros que esperaban congruencia y lealtad con la candidata oficial.

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ENTRE ABUCHEOS Y DESENCANTO

El 90 aniversario, lejos de ser un acto de unidad, reflejó el hartazgo. Abucheos contra el gobernador Américo Villarreal, silencios incómodos ante la presencia del director de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, y un Aldana cabizbajo, repitiendo frases huecas, fueron la constante de la jornada.

La historia de lucha sindical, que en 1935 se forjó con el respaldo del general Lázaro Cárdenas, hoy parece desdibujada bajo la conducción de una cúpula domesticada. Lo que antes fue un sindicato combativo, capaz de conquistar aumentos históricos mediante huelgas, hoy se reduce a administrar migajas con la complacencia de un dirigente que mira más a la política que a los trabajadores.

LEGADO DE LA MAFIA SINDICAL

El pasado de Aldana lo persigue: su cercanía con Romero Deschamps, su implicación en el Pemexgate del 2000 y su llegada a la secretaría general en 2022 tras un proceso cuestionado por irregularidades. Su continuidad solo confirma lo evidente: El control del sindicato sigue en manos de la vieja mafia que privilegia intereses personales y alianzas políticas sobre los derechos laborales.

La falta de avances en el CCT y el estancamiento en prestaciones y seguridad laboral exhiben un liderazgo débil que, en lugar de presionar con firmeza a Pemex y al gobierno federal, eligió proteger sus acuerdos en lo oscuro.

SINDICATO EN DEUDA

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La reelección de Aldana hasta 2030, manchada por la opacidad, no garantiza un futuro mejor.

El STPRM necesita recuperar el espíritu combativo que le dio origen, un sindicato al servicio de los petroleros, no de caciques sindicales ni de operadores políticos.

El 90 aniversario fue la confirmación del declive: los petroleros no celebraron conquistas, padecieron derrotas.

El futuro dependerá de que las bases levanten la voz y reclamen un liderazgo digno.

De lo contrario, seguirán pagando el precio de un dirigente que cambió la dignidad de los trabajadores por la comodidad del poder y las alianzas con la política más oscura.

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