CAMPECHE. Desde enero, al menos 24 trabajadores de limpieza que laboran en las oficinas del SAT —en el Centro Histórico, la avenida María Lavalle Urbina y también en Carmen— no han visto un peso de sus quincenas. Aunque fueron contratados por una empresa de limpieza a la que el SAT le dio el contrato, ellos cargan con deudas, rentas atrasadas y servicios cortados. La situación es desesperante, oficinas limpias, pisos brillantes y baños impecables, pero bolsillos vacíos.
La historia se repite cada quincena con promesas incumplidas, pues este órgano contrató a la empresa “Gelman Gran Servicios de Limpieza” de México. La cual cambia de nombre para evadir responsabilidades y empleados solo terminan atrapados entre la indiferencia y la precariedad.
“Nos deben quincenas desde enero, no pagan, no pagan, no pagan. Este viernes fue quincena y nada, al día de hoy no nos han pagado”, relató uno de los afectados, que al igual que otro de sus compañeros denunciaron de manera anónima pues temen represalias en su contra.
El problema, aseguran, es que, esta compañía se justifica con un mismo argumento: “el SAT no nos paga”. Sin embargo, la historia es más turbia. “A cada rato cambian de empresas, o solo se dan de baja y aparecen con otro nombre. Es raro que el SAT permita algo así, cuando se supone que es la institución que debería impedir este tipo de trampas”, señaló otro trabajador.
DEUDAS Y PROMESAS INCUMPLIDAS
La situación raya en lo absurdo. Una supervisora del SAT, identificada como Ana Leticia, respondió con desdén cuando los trabajadores le reclamaron el pago atrasado: “¿No les han pagado? Bueno, puede ser que les paguen al rato… y si no vienen a trabajar, se les descuenta el día”.
El descontento no solo se centra en los salarios caídos. Los trabajadores aseguran que tampoco están cotizando en el Infonavit.
“Fui a revisar mis puntos y resulta que la empresa no está pagando. Llevo cuatro años aquí y es la primera vez que pasa algo así. Este año dejaron de cumplir”, explicó uno de ellos.
Lo más grave es que cuando intentan reclamar por la vía legal, las empresas ya no figuran. “Yo puse mi demanda contra la anterior compañía, la citaron y ya no aparecía, porque se dieron de baja. Así, nunca podemos exigir nada”, lamentó un trabajador que se quedó sin pago de aguinaldo, primas vacacionales y demás prestaciones.
Cansados de promesas rotas y de la amenaza de quedarse en la calle, los empleados ya analizan la posibilidad de protestar. “Queremos que nos paguen. Todo el mundo tiene un pago que hacer. Ya no aguantamos más”, resumieron.
