CAMPECHE, CAMP. Mientras la ciudad arde bajo un sol despiadado y las lluvias traicioneras llegan sin avisar, un ejército silencioso se moviliza cada mañana. No portan armas, pero sí bombas de rociado, mochilas con larvicida, y sobre todo, la convicción de que pueden ganarle la batalla al dengue lo que ha rendido frutos.
Ante esto, la Secretaría de Salud manifestó que la lucha contra este enemigo no ha cesado. Lo que se ve reflejado con 29 mil 708 hectáreas nebulizadas, 386,303 criaderos eliminados, 127 mil 25 casas limpias de criaderos y acciones de rociado residual en 5 mil 210 domicilios, es el resultado del imparable trabajo de brigadas en colonias y comunidades de los 13 municipios del estado.
La batalla se libra en los patios llenos de cacharros, en las cubetas que se usan de vez en cuando, en los tinacos mal tapados. Es ahí donde el mosquito aguarda. Por eso, el personal del Departamento de Vectores y Zoonosis aprovecha cada mañana, porque, aunque el calor aprieta, sí, pero la lluvia de la tarde impide seguir.
CAPACITACIÓN CONSTANTE
Los héroes de esta historia no solo rocían y limpian. También hablan. Explican. Enseñan. De casa en casa promueven hábitos sencillos pero cruciales, tirar la llanta vieja, lavar bien el tambo, no guardar el bote “por si acaso”. Porque saben que un patio limpio es más fuerte que cualquier insecticida.
Nada de esto sería posible sin la preparación constante. Los brigadistas no llegan al terreno por instinto, llegan formados.
Acuden a talleres y cursos donde aprenden desde el manejo correcto del larvicida hasta cómo explicar, con palabras sencillas, por qué ese charquito de agua puede volverse un hospital para zancudos.
Sin embargo, la SSA reitera el llamado a campechanos, que parece repetitivo pero es esencial: “no hay que bajar la guardia”.
Aunque brigadas hacen su parte, pero sin el apoyo de la gente, el mosquito encuentra su oportunidad. Por ello, hay que mantener limpios los patios, así como abrir puertas y ventanas cuando las acciones de nebulización se realicen.
