CDMX.– La oposición en México, encabezada por el PRI de Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas y el panismo, ha quedado nuevamente al descubierto en su desconexión con el pueblo. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, con la claridad y firmeza que la caracterizan, puso el dedo en la llaga al criticar la postura errática de estos partidos frente a la histórica elección judicial del pasado domingo.
En un ejercicio de incongruencia monumental, PRI y PAN llamaron a la ciudadanía a boicotear los comicios, desalentando la participación, para luego lamentarse con amargura porque sus candidatos no lograron conquistar el voto popular. ¿Dónde está la lógica? ¿Dónde está su proyecto?
La pregunta de Sheinbaum resuena con fuerza: ¿qué ofrece la oposición al pueblo de México? En lugar de propuestas, hemos sido testigos de una retahíla de descalificaciones, ataques y lamentos que no hacen más que reflejar su frustración.
“Que hagan yoga, que analicen por qué el pueblo ya no vota por ellos”, ironizó la mandataria, y no le falta razón. El PRI de “Alito” y el PAN han quedado atrapados en un bucle de papelones, incapaces de articular una alternativa que conecte con las aspiraciones de una sociedad que ya no se deja engañar por discursos vacíos y promesas de un pasado neoliberal que solo trajo desigualdad.
