CAMPECHE, CAMP. Apenas inicia junio y el municipio de Hecelchakán ya se protege, pues se habilitó 26 refugios temporales para resguardar a su gente frente al cóctel climático que se avecina: lluvias con tormentas eléctricas, vientos de más de 40 kilómetros por hora, y un calor sofocante que no da tregua. El pronóstico, según la Conagua y la Secretaría de Protección Civil estatal, es claro: del 5 al 7 de junio, el clima no tendrá piedad.
Y es que, aunque las lluvias también serán para Campeche y en otros municipios, en esta cabecera el director de Protección Civil de Hecelchakán, Luis Kú Chan, reiteró que no esperarán a que la tormenta toque la puerta. Pese a que el calor sigue pronosticado hasta 40 grados, las lluvias sin duda caerán, lo que significará calles inundadas, charcos peligrosos y hasta criaderos de moscos.
Esto solo dejará comunidades vulnerables atrapadas por el agua. Por esto es que, autoridades ya se alistaron y habilitaron desde ya albergues seguros en escuelas y edificios públicos, especialmente en zonas como Montebello, San Juan Bautista y Santa Fe, donde el agua suele quedarse por días.
Una de las decisiones importantes fue descartar como refugio la comisaría ejidal, que presenta daños estructurales. En cambio, la primaria “Carlos R. Menéndez” y el jardín de niños “Juan Francisco Molina” fueron reforzados y marcados como los espacios más seguros para recibir a familias damnificadas si la emergencia lo requiere.
TIEMPO SERÁ INESTABLE
El municipio no enfrenta esto solo. La Conagua advierte que el canal de baja presión sobre la Península de Yucatán y la humedad tropical del Caribe mantendrán al estado en condiciones atmosféricas inestables durante toda la semana. Por si fuera poco, los días viernes 6 y sábado 7 podrían traer lluvias más intensas, con acumulados de hasta 25 milímetros en algunas zonas.
En lugares como Chunkanán, donde el agua estancada se transforma rápidamente en focos de infección, el peligro no está solo en la tormenta, sino en lo que deja atrás. Por eso, las autoridades locales también han intensificado labores de vigilancia sanitaria, fumigación y concientización.
Pero más allá de los números y pronósticos, lo que Hecelchakán está construyendo es confianza. Los refugios, más que paredes, son brazos abiertos.
