CDMX. – A pocos días de las históricas elecciones judiciales del 1 de junio, la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández junto con la oposición, han intensificado una campaña de desprestigio contra la reforma que permitirá al pueblo mexicano elegir directamente a jueces, magistrados y ministros.
Sus declaraciones recientes, donde alerta sobre una supuesta amenaza a la independencia judicial, no son más que un intento desesperado por mantener los privilegios de una élite judicial desconectada de la realidad del país.
Frente a esta guerra sucia, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha respondido con claridad y firm e z a , d e f e n d i e n d o u n cambio que empodera al pueblo y desmantela las prácticas opacas del pasado.
Piña, con su postura alarmista, pretende sembrar miedo al afirmar que las elecciones judiciales comprometen la autonomía del Poder Judicial. Pero, como bien señaló Sheinbaum en sus recientes giras de trabajo como en sus conferencias matutinas, “¿cómo le va a quitar independencia?” dar al pueblo el derecho de elegir a quienes impartirán justicia.
