CAMPECHE, CAMP. Este fin de semana, trajo un nudo en la garganta para muchas familias mexicanas. El puerto de Veracruz, ese que tantas veces ha despedido a hijos de mar, esta vez los recibía con los brazos temblorosos.
172 cadetes y dos oficiales de la Heroica Escuela Naval Militar, junto con un capitán, un oficial y tres clases del Buque Escuela Cuauhtémoc, regresaron a México luego del accidente ocurrido el sábado en Nueva York, donde el imponente velero chocó contra el puente de Brooklyn.
No todos regresaron caminando. Al menos dos jóvenes permanecen hospitalizados en Estados Unidos, estables pero bajo observación. Y hay otros que no olvidarán nunca esa noche, ni el crujido del acero ni el estruendo del impacto.
DOS CAMPECHANOS ENTRE LOS CADETES
Entre los cadetes, están dos campechanos que escaparon de milagro. El primero, Eduardo Sansores Buenfil, es originario de Champotón, aunque vive en Veracruz con su mamá desde que sus padres se separaron. No estaba en la cubierta cuando el buque impactó. Su abuela aún vive en la Calle 30 con 36 de la colonia San Patricio, y seguramente ya encendió veladoras para agradecer que su nieto está bien y a salvo.
