CAMPECHE, CAMP. Con una promesa que va más allá del uniforme, el Gobierno del Estado lanzó una importante convocatoria para buscar a 30 nuevos custodios penitenciarios que cuidarán los Centros de Reinserción Social (CERESOS) de Ciudad del Carmen y la capital campechana.
Ante esto, el director de los centros penitenciarios, Javier Herrera Valles reiteró que, durante el curso de capacitación, los aspirantes recibirán un apoyo económico de 4 mil 500 pesos mensuales, una beca pensada especialmente para quienes vienen de otros municipios y buscan una oportunidad para transformar su vida… y la de otros.
Pero este llamado no es solo para llenar vacantes. Es un intento por dignificar una labor olvidada, señaló que, debido a que un custodio penitenciario es una labor muy noble y muy poco conocida, insistió en que la convocatoria está abierta para todos los ciudadanos campechanos que cumplan los requisitos y deseen integrarse a esta misión.
Durante cuatro meses de capacitación intensiva, los futuros custodios no solo aprenderán lo básico del sistema penitenciario, sino que serán formados con conocimientos propios de la seguridad pública, dándoles herramientas que —una vez incorporados— les permitirán escalar puestos, continuar sus estudios e incluso alcanzar mandos dentro del sistema.
Aunque actualmente no existe un escalafón fijo ni un servicio profesional de carrera, ya se trabaja para implementarlo. La idea es clara: que los custodios no se queden estancados, que puedan estudiar una licenciatura, culminar la preparatoria si no la han terminado, y crecer profesionalmente mientras sirven a su comunidad.
Y por si fuera poco, Herrera Valles destacó que los egresados tendrán acceso al Centro de Formación Penitenciario nacional, con sede en Veracruz, donde pueden continuar su preparación de forma híbrida, es decir, presencial o a distancia. Un paso más hacia la profesionalización de una tarea que, hasta hoy, ha sido invisibilizada.
“No es un salario completo, pero sí un gran primer paso”, reconoció el director. La beca — más allá de lo económico— abre una puerta a personas que quieren cambiar de rumbo, encontrar estabilidad laboral y servir desde adentro a un sistema que también necesita reinserción… pero institucional.

