ZACATECAS, ZAC. Permitir la práctica del fracking “sería totalmente incompatible con la política de estado del Plan Nacional Hídrico para resolver la crisis hídrica y garantizar el derecho humano al agua en México”, afirmaron investigadores del Colegio de San Luis (Colsan), a propósito de las presiones arancelarias de Donald Trump, que pretenden forzar el fracking para extraer petróleo y agua a través del Plan México, como lo ha denunciado la Red Mexicana de Afectados por la Minería.
Ceder a las presiones para esta actividad extractivista, opinó en entrevista con este diario el doctor Francisco Peña de Paz, coordinador del programa académico “Agua y Sociedad”, del Colsan, “significaría en los hechos dejar en palabras, los planes para mejorar el abasto de agua a la población y para la producción de alimentos y cuidado de la salud”.
Ello expuso el especialista, representaría graves impactos ecológicos y medio ambientales para nuestro país, pues informó el investigador, debe considerarse que, de acuerdo con datos recientes, para la práctica del fracking, se utilizan volúmenes enormes de agua dulce, que al final del proceso, queda contaminada e inútil para el consumo humano. Sólo en los Estados Unidos de Norteamérica, explicó, “la mayoría de los pozos de extracción de energéticos no convencionales por fractura hidráulica (fracking), consumen entre 60 mil y 150 mil metros cúbicos de agua”.
Peña de Paz recordó que días después de asumir la primera magistratura del país-, la presidenta Claudia Sheinbaum, se reunió con campesinos, ganaderos y empresarios potosinos en la ciudad de Matehuala, San Luis Potosí, donde, ante la preocupación generalizada por este tema, aseguró en su discurso que, “en México, sí está prohibido el fracking y va a seguir prohibido en esta administración”.
Y aquel compromiso “esperamos que lo refrende la titular del Poder Ejecutivo Federal, en quien tenemos mucha confianza los mexicanos”, afirmó el investigador universitario.
Incluso advirtió Peña de Paz, hubo un compromiso expreso del gobierno federal en la presentación del Plan Nacional Hídrico, “cuyo eje es asegurar el agua como derecho para la vida y no verla como mercancía y negocio”, por lo que, cambiar esta postura y permitir el fracking “sería la mejor manera de boicotear todas las medidas de combate a la desigualdad y concentración monopólica en el acceso al agua”.
