CDMX – La Basílica de San Pedro abrió sus puertas para que miles de fieles rindieran un último homenaje al Papa Francisco, fallecido el pasado lunes a los 88 años debido a un derrame cerebral, tras casi un mes de recuperación por problemas respiratorios.
Desde las primeras horas, una multitud llenó el pasillo central de la basílica, flanqueado por la Guardia Suiza, para despedir al pontífice, cuyo cuerpo permanecerá en el templo hasta el viernes.
Poco después, el féretro fue trasladado en una solemne procesión desde el hotel del Vaticano, donde residía, hasta la Basílica de San Pedro. El sencillo ataúd de madera, llevado en hombros, cruzó la Plaza de los Protomártires Romanos, acompañado por cardenales, el repique de campanas y el canto de la Letanía de los Santos, entonado por el coro de la iglesia.
El cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano, encabezó la procesión, marcada por nubes de incienso y un profundo recogimiento.
El cuerpo del Papa Francisco, colocado en un ataúd abierto durante el rito de declaración de muerte en la residencia de Santa Marta el 21 de abril, reposa ahora en la basílica para el velatorio de tres días.
El funeral está programado para el sábado 26 de abril a las 10:00 horas y contará con la presencia de líderes mundiales como el presidente de Estados Unidos, Donald Trum
