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25 marzo, 2025

AGUA

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CIERRA EU LLAVE DE AGUA A MEXICO

En la gráfica el Rio Colorado, de donde se surtía agua a Tijuana desde EU, lo que ya no sucederá, porque Trump, cerró la llave.

MÉXICO. En un giro histórico que sacude las relaciones entre México y Estados Unidos, el Departamento de Estado anunció que denegará una solicitud extraordinaria del gobierno mexicano para canalizar agua del río Colorado hacia Tijuana, una petición que no encuentra sustento en el Tratado de Aguas de 1944.

Este rechazo, inédito en ocho décadas de acuerdos binacionales, pone de manifiesto las crecientes fisuras entre ambos países por el reparto de un recurso cada vez más escaso, mientras la sequía y la presión política redefinen las reglas del juego en la frontera.

El mensaje desde Washington fue claro y contundente. “Las continuas deficiencias de México en sus entregas de agua en virtud del tratado de reparto de aguas de 1944 están diezmando la agricultura estadounidense, en particular a los agricultores del valle del Río Grande”, publicó la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occiden tal en sus redes sociales.

Como consecuencia, Estados Unidos tomó la decisión de cerrar el grifo a Tijuana, argumentando que México ha fallado sistemáticamente en cumplir con sus compromisos de enviar 432 millones de metros cúbicos anuales del río Bravo a Texas, un volumen acordado hace 80 años a cambio de 1,850 millones de metros cúbicos del Colorado para México. “Hoy, por primera vez, negaremos esta solicitud no contemplada en el tratado”, sentenció el comunicado, marcando un antes y un después en la diplomacia hídrica. SHEINBAUM:

“SE ESTÁ ATENDIENDO

En México, la reacción oficial ha sido mesurada pero no exenta de preocupación. Horas antes del anuncio estadounidense, la presidenta Claudia Sheinbaum abordó el tema desde Palacio Nacional.

“Se está atendiendo por parte de Conagua y del CILA, que es quien se encarga de revisar este tratado”, aseguró, reconociendo la gravedad del asunto. “Ha habido menos agua. Es parte del problema y por eso es importante”, añadió, señalando la sequía como un factor que complica el cumplimiento de las obligaciones internacionales.

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CIUDAD SEDIENTA Y UN TRATADO BAJO FUEGO

Para Tijuana, una metrópoli fronteriza que depende parcialmente del río Colorado, la negativa llega como un balde de agua fría –o, más bien, la ausencia de este–.

La solicitud rechazada pretendía abrir un canal especial para aliviar la presión sobre sus reservas, en un contexto donde el cambio climático y el crecimiento poblacional han puesto al límite los recursos hídricos del noroeste mexicano. Sin embargo, la inflexibilidad de Estados Unidos deja al gobierno mexicano en una encrucijada, obligado a buscar soluciones internas o a renegociar bajo condiciones adversas.

El Tratado de 1944, firmado en un mundo donde la sequía no era la norma, se tambalea ante realidades que sus redactores no anticiparon. México, afectado por años de lluvias escasas y una demanda agrícola en aumento, ha luchado por cumplir con su parte, mientras Texas clama por el agua que sostiene sus cultivos.

La negativa a Tijuana parece ser la respuesta de Washington a lo que califica como un “incumplimiento crónico”, pero también un mensaje de advertencia: el agua ya no es solo un recurso, sino una moneda de cambio en la relación bilateral.

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