Las fronteras norte y sur de México han experimentado una notable disminución en los flujos migratorios desde esta semana, tras el aumento en la presencia y operativos de la Guardia Nacional (GN). Este refuerzo en la seguridad ha generado temor entre los migrantes, provocando que muchos opten por regresar a sus países de origen o buscar refugio en otras regiones.
El refuerzo de la vigilancia en las fronteras mexicanas ha cambiado drásticamente la dinámica migratoria en el país. Mientras que en el norte se han reducido los intentos de cruce ilegal, en el sur se observa un retorno masivo de migrantes que han decidido abandonar su travesía ante la falta de opciones viables.
Las organizaciones de derechos humanos han manifestado su preocupación por las condiciones en las que estas personas deben regresar, muchas veces sin apoyo gubernamental ni garantías de seguridad. En este contexto, el fenómeno migratorio sigue evolucionando, marcado por políticas de contención y un endurecimiento en las medidas de seguridad que han obligado a muchos a replantear su futuro lejos del “sueño americano”.
TIJUANA: VIGILANCIA INTENSIFICADA
En Tijuana, Baja California, aproximadamente mil agentes federales han sido desplegados en colonias cercanas a la franja fronteriza, con el objetivo de evitar que los migrantes irregulares intenten acercarse al muro fronterizo con Estados Unidos. Según José María García, director del albergue Juventud 2000, la presencia de las Fuerzas Armadas se ha intensificado especialmente en la “zona de tolerancia”, un sector conocido por su alta concentración de bares, migrantes y grupos delictivos.
“Ellos hacen rondines desde hace meses, pero en esta última semana han aumentado su presencia. Además, llegó el Ejército para vigilar el municipio, especialmente en la zona de tolerancia. Con más agentes en las calles, hemos visto una reducción en la llegada de migrantes”, explicó el activista.
