En rincón de la Estación Naval de Guantánamo, Cuba, el Centro de Operaciones para Migrantes (GMOC, por sus siglas en inglés) se ha convertido en un sitio de detención indefinida para familias enteras de migrantes, incluidos niños.
Un informe de la ONG Proyecto Internacional para la Asistencia a los Refugiados (IRAP) denuncia condiciones inhumanas y la falta de transparencia en el trato a los detenidos.
Los testimonios recopilados por IRAP, basados en entrevistas con personas que han pasado tiempo en el GMOC, revelan un panorama desolador: hacinamiento en un edificio deteriorado con problemas de moho y alcantarillado, la convivencia forzada de menores con adulto y la imposibilidad de realizar llamadas telefónicas privadas, ni siquiera con sus abogados.
Aquellos que levantan la voz para denunciar abusos son castigados, y muchos migrantes llegan a pasar semanas confinados en sus habitaciones.
LIMBO DE LOS REFUGIADOS
“Estos refugiados deben soportar este trato hasta que un tercer país acceda a aceptarlos para su reasentamiento, aunque tengan familiares en Estados Unidos. Este proceso puede durar años, a menos que las personas ‘elijan’ regresar a la persecución de la que huyeron en sus países de origen”, advierte el informe de IRAP.
