China refuerza su apuesta por las energías renovables con la instalación de una de las plantas solares más grandes del mundo en el Monte Lishui, provincia de Zhejiang. Este proyecto ocupa más de mil hectáreas y cuenta con 95 mil paneles solares fabricados con células de perovskita, una tecnología innovadora que promete mayor eficiencia y menor costo en comparación con las tradicionales de silicio.
De acuerdo con MicroQuanta Semiconductor, la empresa responsable del desarrollo, los paneles de perovskita destacan por su rendimiento superior en climas cálidos, un bajo coeficiente de temperatura y su capacidad para aprovechar una mayor parte del espectro solar. Esto optimiza la generación de energía limpia durante los meses de alta radiación, mientras que en invierno, la región integra la producción agrícola con cultivos como la papa bajo los paneles solares.