CAMPECHE. En Campeche, la Rosca de Reyes es mucho más que un pan decorado; es una tradición cargada de simbolismo y una oportunidad para reunir a la familia y amigos en torno a la mesa. Cada 6 de enero, esta delicia se acompaña con una taza de chocolate caliente, café o atole, mientras se comparte la emoción de descubrir quién encontrará el pequeño muñequito escondido en su
rebanada.
En Pomuch, un pequeño y acogedor pueblo, la panadería “La Huachita” se ha ganado una fiel clientela que espera con ansias la llegada del 6 de enero.
Desde días antes, los habitantes ya encargan su tradicional Rosca de Reyes, un pan elaborado de manera artesanal que destaca por su sabor único.
ESPECIALIDAD: PICHÓN
Chrystian Caraveo, quien junto a su familia regenta la panadería, nos cuenta con entusiasmo que su especialidad es la rosca “tipo pichón”. A diferencia de las versiones tradicionales, esta se elabora con chile jalapeño, jamón y queso, una combinación que ha conquistado a muchos.
“Es algo que solo nosotroshacemos, y la gente lo busca mucho”, dice Caraveo, quien explica que la receta se mantiene fiel a las raíces de su panadería, siempre con ingredientes frescos y el toque artesanal que los caracteriza.
Cada 6 de enero, “La Huachita” empieza a trabajar desde las 3 de la mañana. La primera tarea del día es preparar el horno de piedra, que aún se usa para cocinar el pan de manera tradicional. Esta labor es fundamental, ya que asegura que cada pieza de la rosca tenga ese sabor inconfundible, producto de la cocción en un horno que ha sido parte de su historia durante años.
Este año, aunque la demanda sigue siendo alta, las ventas no son como las de años anteriores. Caraveo asegura que en promedio, venden entre 180 y 220 Roscas de Reyes, una cifra que marca una disminución comparada con las 300 o 350 piezas que vendían hace algunos años.
“La gente ya no compra tanto como antes, pero seguimos con nuestra tradición”, comenta con una sonrisa.
PAN ARTESANAL
A pesar de la baja en ventas, el espíritu de “La Huachita” permanece intacto. La tradición de la rosca de Reyes sigue siendo un pilar para la familia Caraveo y para los vecinos de Pomuch, quienes cada año continúan celebrando con el sabor auténtico de su pan artesanal.
Este pan tradicional tiene una rica historia que se remonta a las Saturnales, las antiguas festividades romanas que celebraban el solsticio de invierno.
Durante estas fechas, se horneaban panes dulces en forma circular, representando el ciclo de las estaciones y simbolizando unión y alegría.
Con la llegada del cristianismo, esta práctica fue adaptada para conmemorar la visita de los Reyes Magos al Niño Jesús, dando origen a la Rosca de Reyes tal como la conocemos hoy.
La forma ovalada de la rosca evoca el amor eterno y la corona de los Reyes Magos, mientras que las frutas cristalizadas quela decoran simbolizan las joyas que adornaban esas coronas. La imagen escondida en el pan es un elemento clave de esta tradición, ya que representa al Niño Jesús, ocultado para protegerlo del rey Herodes.
EL COMPROMISO PARA FEBRERO
Quien encuentra el Niño Dios adquiere un compromiso: organizar una nueva celebración el 2 de febrero, Día de la Candelaria, donde los tamales y el atole protagonizan la mesa, prolongando el espíritu festivo de la temporada.
Hoy en día, la Rosca de Reyes no solo mantiene viva la tradición, sino que se adapta a los gustos y costumbres locales, con variantes rellenas de crema, nata o mermelada. Además, se ha convertido en un símbolo de convivencia y alegría en todo el país.
Ya sea en casa, con amigos o en comunidad, la Rosca de Reyes sigue siendo un recordatorio de que las celebraciones, el compartir y la unión son los ingredientes principales de la vida.
