CALKINI.- La mañana de este lunes, un equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) llegó a la parroquia de San Luis Obispo de Calkiní para evaluar los daños estructurales tras el colapso parcial del techo del recinto.
Cuatro expertos, junto con el alcalde Milton y el padre Fernando Manzo Barajas, ingresaron al lugar bajo estrictas medidas de seguridad, debido a los riesgos que aún persisten en la iglesia, la cual fue cerrada por Protección Civil para evitar accidentes.
La llegada de los profesionales y autoridades fue cuidadosamente coordinada: todos portaron cascos y chalecos antirreflejantes para ingresar a un área que sigue siendo peligrosa. Protección Civil resguardó la zona, mientras que algunos curiosos de la comunidad intentaban acercarse para ver qué ocurría, sin éxito. La zona fue acordonada y los transeúntes fueron retirados para permitir la realización de los trabajos sin mayores complicaciones.
A pesar de la insistencia de los feligreses, la evaluación se realizó a puerta cerrada, con los expertos del INAH recorriendo las áreas más afectadas por el desplome. La parroquia, que había sido un lugar de reunión y oración para la comunidad, fue restringida temporalmente para evitar riesgos adicionales, ya que el colapso dejó serias huellas de daño en su estructura.
El padre Fernando explicó que la evaluación es un paso crucial para conocer los daños en su totalidad y poder tomar decisiones sobre la reparación. Durante este proceso, el municipio mantiene su apoyo, en espera de que el INAH dé su veredicto sobre las acciones a seguir.
Mientras tanto, la comunidad permanece expectante, temerosa de nuevos derrumbes, pero esperanzada en que la iglesia, un lugar de gran valor cultural y espiritual, pueda ser restaurada pronto. Este acontecimiento subraya la importancia de salvaguardar los patrimonios históricos locales, que no solo tienen un valor religioso para los feligreses, sino también cultural para la región.
