MÉXICO– La Comisión Política Permanente del Consejo Político Nacional del PRI, bajo la presidencia de Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, ha autorizado un nuevo crédito de hasta 409.5 millones de pesos, incrementando significativamente la deuda del partido.
Esta nueva línea de crédito, que estará garantizada por el edificio de la CNOP en la Ciudad de México, eleva la deuda total del PRI a casi 600 millones de pesos.
El acuerdo, que fue divulgado a través de los medios electrónicos del PRI, especifica que el crédito estará sujeto a una tasa de interés máxima de TIE + 4 puntos y tendrá un plazo de hasta 24 meses. Además, también se aprobó una reestructura de tres créditos bancarios por un total de 189.5 millones de pesos, con un interés máximo de TIE + 3.98.
Este aumento en la deuda del PRI se suma a una deuda previa de 300 millones de pesos, que ya había sido autorizada en 2019 con el mismo inmueble como garantía, pero con un plazo de pago que expiró en 2022. La nueva deuda refleja la creciente presión financiera del partido, con un horizonte de pago extendido.
Este no es el primer endeudamiento que enfrenta el partido. La historia de la deuda del PRI comenzó en 2019, cuando el Consejo Político Nacional aprobó una línea de crédito por 250 millones de pesos, que posteriormente se amplió en 50 millones más, con un total de 300 millones de pesos.
En ese entonces, se estableció que la deuda debía ser saldada en 30 meses, es decir, para agosto de 2022. Sin embargo, el PRI ha continuado tomando créditos adicionales desde entonces, lo que ha incrementado de manera significativa su endeudamiento.
A lo largo de los años, el partido ha solicitado múltiples líneas de crédito, tanto para la reestructuración de deuda como para “gastos ordinarios”.
Entre los préstamos adquiridos se encuentran créditos con instituciones como Banco Azteca y Banca Afirme, con montos que varían desde los 35 millones de pesos hasta los 100 millones de pesos. Incluso, en 2023 y 2024, se han abierto nuevas líneas de crédito por cantidades millonarias, con el fin de refinanciar y mantener las operaciones del partido.
Uno de los puntos más preocupantes de esta situación es que el PRI ha recurrido a la venta de su patrimonio, específicamente el inmueble en la calle Lafragua, como garantía para asegurar estos créditos.
