MÉXICO- Tras la fricción diplomática que provocaron las críticas del embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, a la reforma judicial mexicana, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha decidido retomar los vínculos con el diplomático, pero con condiciones claras.
Durante su conferencia de “La Mañanera”, explicó que, el embajador estadounidense ha acostumbrado a contactar directamente a los secretarios de Estado mexicanos, lo que parece haber generado cierta incomodidad en el gobierno.
Para poner orden en esta dinámica, la mandataria ha instruido que cualquier tema, especialmente aquellos relacionados con la Secretaría de Energía y las inversiones estadounidenses, se canalicen exclusivamente a través de la Cancillería, encabezada por Juan Ramón de la Fuente.
Este ajuste no es trivial. En un contexto donde las inversiones energéticas estadounidenses son de gran relevancia, imponer un filtro diplomático podría verse como un esfuerzo por mantener un mayor control y asegurar que los intereses nacionales sean gestionados con precisión.