MÉXICO.- La reciente sesión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), realizada después de la entrada en vigor de la reforma al Poder Judicial, dejó más preguntas que respuestas.
Con una duración de apenas cuatro minutos, y sin un pronunciamiento relevante por parte de la ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández, la expectativa de muchos mexicanos de ver un análisis profundo y una postura clara sobre esta histórica reforma quedó en el aire.
Lo que ocurrió durante esta sesión es simbólico de una Corte que, en medio de la Cuarta Transformación, parece no saber cómo posicionarse ante los cambios que buscan transformar el sistema judicial mexicano.
La reforma al Poder Judicial, impulsada para combatir la corrupción, reducir privilegios y mejorar la eficiencia del sistema, ha generado inquietudes y resistencias, tanto dentro como fuera de la SCJN. Y si bien las transformaciones nunca son fáciles, el país requiere un Poder Judicial que esté a la altura de las exigencias democráticas de este nuevo México.
Uno de los pocos momentos de la sesión que llamó la atención fue la decisión de la ministra Loretta Ortiz Ahlf de retirar su proyecto sobre la acción de inconstitucionalidad 201/2023, presentada por legisladores de Tamaulipas.