NACIONAL.- Es difícil interpretar de otra manera la reciente actuación de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, quien parece haber lanzado un reto o incluso una burla hacia la Reforma Judicial, tras la toma de protesta de 23 nuevos jueces de Distrito.
Este acto, uno de los últimos bajo el esquema tradicional de la carrera judicial, se realizó en medio de un ambiente que claramente subestima los avances democráticos en el Poder Judicial.
Tras aprobarse la Reforma Judicial, que propone la elección de jueces por medio de elecciones, este miércoles la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ministra Norma Piña, tomó protesta a 23 nuevos jueces de Distrito.
Si su intención es mantenerse en el cargo, el próximo año tendrán que renunciar, para postularse como candidatos, hacer campaña y esperar el apoyo de los electores para regresar a atender un juzgado.
En una sesión solemne privada, que no se transmitió por el canal Justicia TV, ni en las redes del Poder Judicial de la Federación (PJF), los 23 nuevos jueces protestaron ante los integrantes del Pleno de la SCJN y del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), en la sede de San Ángel.
Cabe destacar que el Senado, al aprobar la elección de jueces por voto popular, ha dado un paso decisivo hacia la transparencia y la participación ciudadana. Mientras muchos celebran este avance como un verdadero acto de democratización, algunos conservadores dentro del Poder Judicial, incluida la ministra Piña, parecen temerle al juicio del pueblo.
Se aferran a un modelo que, si bien ha funcionado en ciertos aspectos, también ha sido permeado por redes de favoritismo y elitismo.
