MÉXICO.-. La Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del Instituto Nacional Electoral (INE) rechazó por mayoría de votos, los cambios a los estatutos del PRI que permitieron la reelección de Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas como dirigente nacional, al considerar que son inconstitucionales.
El destino parece estarle pasando factura a “Alito” Moreno, el polémico dirigente del PRI, quien ha intentado mantenerse en el poder a toda costa. Sin embargo, la reciente decisión de la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del Instituto Nacional Electoral (INE) ha asestado un golpe contundente a sus aspiraciones de perpetuarse como líder del tricolor por un periodo indefinido.
La jugada era clara: reformar los estatutos del PRI para permitirle seguir en el cargo hasta por un par de periodos más, consolidando un poder que ya había sido cuestionado desde dentro y fuera del partido. No obstante, la maniobra fue detenida en seco.
El INE, en una decisión que refleja tanto legalidad como prudencia, rechazó las reformas, señalando que fueron aprobadas cuando el proceso electoral aún no había concluido. Este detalle, aunque técnico, fue suficiente para evidenciar la ilegalidad de la reelección.
Es decir, el proyecto de la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos pretendía validar una reforma a los documentos básicos del PRI, pero las consejerías del INE actuaron en defensa de la ley, señalando que el partido tricolor realizó estos cambios fuera del plazo permitido. La consejera Dania Ravel, presidenta de la Comisión, no solo señaló que los cambios deberían haberse hecho al final del proceso electoral, sino que también evidenció algo aún más preocupante: durante tres años, el PRI incumplió con las reformas necesarias en materia de violencia política de género y paridad sustantiva.
Por su parte, el consejero Uuckib Espadas fue categórico al recordar que “los derechos de los partidos no son de sus dirigentes, sino del conjunto de la militancia”. Con esta declaración, subrayó la desconexión que existe entre la dirigencia y la base del partido.
Alejandro “Alito” Moreno ha demostrado que está dispuesto a todo para mantenerse en el poder, incluso si eso implica ignorar las reglas que protegen la equidad y la justicia dentro del PRI. ¿Qué clase de liderazgo es ese, que antepone sus ambiciones personales a los derechos de su militancia? En tanto, el consejero Arturo Castillo señaló que los precedentes de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) establecen que no se pueden realizar modificaciones a los documentos básicos de los partidos durante el proceso electoral. Esta interpretación jurídica es clara, pero el PRI parece haberse acostumbrado a ignorar las normativas en su búsqueda de mantener el control a toda costa.
LA DECADENCIA
El intento de Alejandro “Alito” Moreno, por aferrarse al poder es un reflejo de la decadencia interna que ha caracterizado al PRI en los últimos años. Un partido que alguna vez fue la fuerza política hegemónica de México se encuentra hoy sumido en una crisis de liderazgo, donde las ambiciones personales superan las verdaderas necesidades de renovación.
La dirigencia de Moreno Cárdenas ha estado marcada por la controversia, y su inclinación a modificar las reglas del juego a su favor solo subraya su falta de compromiso con la democracia interna. La situación es alarmante para el PRI, un partido que necesita con urgencia una transformación profunda si quiere sobrevivir en el escenario político actual.