MÉXICO.- Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, el hombre que parece más decidido a enterrar al PRI que a revitalizarlo, ha logrado, una vez más, extender su dominio sobre lo que queda de un partido en decadencia.
Con su reciente reelección como dirigente nacional del PRI, con 440 votos en el Consejo Político, “Alito” no solo ha garantizado cuatro años más al frente del partido, sino que también ha asegurado el tiempo suficiente para desmantelar lo que queda del PRI, posiblemente hasta vender los inmuebles que una vez fueron símbolo de poder y prestigio.
Esta reelección no ha sido recibida sin controversias. Los litigios en torno a la reforma de los Estatutos del partido, impulsada por Moreno entre junio y julio, aún no han sido resueltos. Mientras tanto, el Consejo Político Nacional del PRI avanza a ciegas, sin tener certeza de la legalidad de las reformas que permitieron la reelección de Moreno, aprobadas en la 24 Asamblea Nacional del pasado 7 de julio pero impugnadas por militantes y expresidentes del tricolor.
E l I n st i t u t o N a c i o n a l Electoral (INE) aún no se ha pronunciado sobre la legalidad de estas reformas, ya que sus esfuerzos se han centrado en revisar los resultados electorales del pasado 2 de junio.