MÉXICO.- Es irrisorio, pero tristemente cierto: en 2014, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas pagó la suma de cien mil pesos por un terreno de 305 mil metros cuadrados en la codiciada zona de playas de Champotón, Campeche. Eso equivale a la increíble cifra de 33 centavos por metro cuadrado. En una realidad paralela, el valor real de este paraíso costero se sitúa entre mil 250 y mil 500 pesos por metro cuadrado, elevando su valor auténtico a unos 450 millones de pesos.
Para mantener las apariencias y evitar que sus fechorías levantaran sospechas, “Alito” Moreno escrituró el terreno a nombre de su madre, Yolanda Cárdenas de Moreno, en junio de 2015. En la misma línea de tiempo, durante la era neoliberal, obtuvo un permiso de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para usufructuar 10 mil metros de zona federal adyacente a su propiedad durante al menos 15 años. En este espacio privilegiado, “Alito” instaló palapas para su disfrute personal.
El exgobernador de Campeche defiende que el terreno pertenece a su madre. Sin embargo, la concesión de la Semarnat solo puede ser solicitada por los propietarios de los predios. Es más, en noviembre de 2014, Moreno habría gestionado esta autorización él mismo.
Cabe destacar que, las pesquisas y peritajes realizados por la Fiscalía General del Estado (FGE) de Campeche revelaron el modus operandi de Moreno: utiliza a su madre, Yolanda Cárdenas de Moreno, y a su hermano Emigdio Gabriel “El Peloni” como prestanombres. Por cierto, ambos están implicados en esquemas de evasión fiscal y lavado de dinero.
Ante las investigaciones, “Alito” Moreno se victimiza, llora. patalea y asegura que el terreno en la playa es de su madre, tachando a los medios que exhiben su riqueza como “La mesa de la calumnia”. Según él, la persecución comenzó cuando el PRI se posicionó en contra de la reforma para modificar la Constitución y eliminar el Poder Judicial.
Además, Moreno Cárdenas no duda en culpar a sus compañeros priistas, como Dulce María Sauri Riancho y Manlio Fabio Beltrones, a quienes acusa de estar resentidos porque él denunció cómo han dañado al PRI durante años. Para “Alito”, ellos son los mayores lastres para la política nacional y el PRI, responsables del desprestigio del partido y de las dificultades en su participación política.