Aveces no quiero referirme al presidente Andrés Manuel López Obrador y de su deseo ardiente de buscar siempre el progreso y desarrollo del estado de Campeche y de su gente.
No puede dejar de ocuparme de esto, ya que cada semana me sorprende como el inquilino de Palacio Nacional y la gobernadora Layda Sansores San Román, buscan a través de la ley sacar adelante proyectos de alto impacto que traen empleo para los campechanos, además de una derrama económica jamás vista en la historia de la entidad.
Le estoy hablando de la construcción del Tren Maya y el Tren Ligero que en todo momento, los miopes funcionarios del municipio de Campeche han evitado su edificación por intereses políticos.
En principio, el entonces presidente municipal de la capital del estado, Eliseo Fernández Móntufar, se negó por todos los medios a que pasará el Tren Maya por las calles de la ciudad amurallada, esto a pesar que había una inversión inicial de mil millones de pesos en beneficio de la gente.
En ese momento, el presidente López Obrador respetó la necedad del ahora prófugo de la justicia.
Sin embargo, el asunto no quedó ahí, ya que la mandataria campechana le planteó una y otra vez en las muchas giras que hace por Campeche el jefe del Ejecutivo Federal, que volteará a ver a su capital para construir una magna obra que cambiará el rostro a una ciudad más moderna del país e incluso del mundo.
Tal fue la insistencia de la gobernadora Sansores que el hombre más poderoso de México aceptó invertir cuatro mil millones de pesos para edificar el Tren Ligero que tiene como fin conectarlo con el Tren Maya, para así crear un corredor turístico en toda la ciudad amurallada.
Entonces que vino, la mediocridad de funcionarios municipales faltos de altura de miras, como es la propia alcaldesa, Biby Rabelo, que así de la nada el pasado 16 de mayo decidieron cancelar la obra.
Vaya que este asunto es de pena nacional por el actuar de estos servidores públicos, quienes lejos de pensar en el bien común de la gente, lo hacen para sus propios intereses.
Estos mediocres creyeron que iban a detener tales obras, pero que creen, se toparon con un muro difícil de derrumbar de nombre Layda Sansores San Román, quien con la ley en la mano buscó la forma de echar atrás la clausura del Tren Ligero.
De verdad se ve que no saben nada de política ni mucho menos la saben leer, ya que trataron de parar a una mujer incansable que al lado del presidente Andrés Manuel López Obrador, han salido adelante en medio de las adversidades.
Se toparon con pared, ya que la obra va como bien dice el jefe del Ejecutivo Federal con aquella frase de “me canso ganso”, ya que la mandataria campechana consiguió no sólo echar atrás la medida por medio de una resolución en el Tribunal de Justicia Administrativa del Estado, sino también logró que legisladores locales aprobaran una reforma a la Ley de Obras Públicas del Estado de Campeche para que construcciones oficiales, como la del Tren Maya y el Tren Ligero, no tengan que cumplir con los requisitos estatales y municipales.
En pocas palabras que no tengan que pedirle permiso a nadie cuando existe el plan de construir una magna obra en beneficio de la gente de Campeche.
De verdad, que la alcaldesa Biby Rabelo representa toda una vergüenza para los campechanos, mire que oponerse a los beneficios que una obra puede traer a su gente, es no quererla ni mucho menos pensar en ella.
Es que a mi parecer cuenta con una mente finita que no le alcalza a mirar hacia el futuro y progreso de la capital del estado y por ende de los campechanos que gobierna.
El asunto me recuerda cuando como reportero cubrí el entonces Gobierno del Distrito Federal (2000-2005) y entonces la máxima autoridad, Andrés Manuel López Obrador tuvo que ser desaforado por construir una avenida que daba vía libre a un hospital en Santa Fe en beneficio de los capitalinos, es decir, no le importó ir a la cárcel por actuar con altura de miras en su responsabilidad como servidor público.
O también la oposición de intereses creados para que de ninguna manera edificara el Segundo Piso de Periférico que hoy por hoy representan un ejemplo de la arquitectura e ingenería mexicana.
Entonces lo que hizo la gobernadora Sansores fue asumir su responsabilidad como servidora pública y sacar adelante obras prioritarias en beneficio de su pueblo.
Por lo tanto, los obstáculos que venció para construir ahora el Tren Ligero, representan un mensaje claro y directo, de que no debe de perdirle permiso a nadie cuando está de por medio el progreso de Campeche.
Biby Rabelo repitirá como presidenta municipal de la capital del estado, siempre acompañada y asesorada por una bola de mediocres igual que ella.
Pero que no se preocupe, ya que Campeche es gobernado por Layda Sansores San Román, quien es una verdadera guerrera que siempre buscará el bien común de su gente y que no le tiembla la mano para luchar por la modernidad del estado.
En pocas palabras que le seguirá haciendo su chamba.
Desde La Muralla: En una muestra de poder político, la gobernadora Layda Sansores San Román fue invitada a participar esta semana a la conferencia de prensa mañanera en el Salón Tesorería de Palacio Nacional.
La invitación corrió por el hombre más poderoso que en la historia reciente existe en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Tome en cuenta tal atención para la mandataria campechana, ya que pocos gobernadores o gobernadoras, asisten a esta conferencia, que según estudios, es vista por alrededor de 10 millones de personas al día de México y el mundo.
Es decir, el presidente López Obrador invitó a la gobernadora Sansores para enviar un mensaje político de que sigue y seguirá siendo un aliado incondicional a quien encabeza el Gobierno de Todos.
Funcionarios de primer nivel en Palacio Nacional dijeron a este Baluarte Político, que la participación de mandataria campechana, tiene un toque especial, ya que se da en el tramo final de este espacio de comunicación política.
Además de enviar un mensaje a la próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, en el sentido de que el progreso de Campeche, representa una prioridad para el Movimiento de la Cuarta Transformación.
Desde El Fuerte: Los priistas bien hubieran escuchado los consejos que les dio la gobernadora Sansores, en el sentido de que tuvieran cuidado del dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito, pero no le hicieron caso y ahí tienen las consecuencias.
Para Alito Moreno no fue suficiente borrar al tricolor prácticamente de la influencia política que tenía en el país, además de perder todas las elecciones, sino que ahora tiene secuestrado al partido.
Como dicen por ahí, “tengan para que aprendan”, ya que los militantes de lo que queda del Partido Revolucionario Institucional tendrán que aguantarlo, por lo menos, otros cuatro años más como su dirigente.
Lo que se prevé es que Alito Moreno eché al PRI a la tumba, para que no exista más como instituto político.
