MÉXICO.- El dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, en un intento desesperado por convencer a los pocos militantes priistas que aún le quedan y a la ciudadanía en general, se deslinda del neoliberalismo y critica a quienes se vieron involucrados en el Pemexgate. Incluso, señala a presuntos implicados en el homicidio de Luis Donaldo Colosio. Sin embargo, esta estrategia es como “lavarse las manos sin limpiarse la cara”.
El priista Aurelio Nuño Mayer, quien fue titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) con Enrique Peña Nieto, explica que el PRI, bajo las siglas del PNR, nació en 1929 con el propósito de poner fin a los caudillos y crear instituciones. La prohibición de la reelección fue clave para lograr ambos objetivos.
A lo que enfatizó que con el cambio de estatutos, “Alito” Moreno serán caciques junto con la secretaria general del partido, Carolina Viggiano y sus secuaces. “La imposición de tres reelecciones consecutivas en favor de sus actuales dirigentes no solo aniquila la institucionalidad del PRI, sino que traiciona su legado. El gran partido de México se convertirá en un pequeño partido de caciques menores, perdiendo su registro antes de que concluyan los ocho años de delirantes reelecciones”.
Aurelio Nuño, enfatizó que en lugar de haber convocado a una convención ilegal e ilegítima para consumar el asalto al partido, la dirigencia debió haber llamado a una asamblea refundacional para realizar una dura autocrítica e iniciar un profundo debate sobre el futuro del PRI.