MÉXICO.- El Partido Revolucionario Institucional (PRI) enfrenta una crisis que va más allá de los desastrosos resultados electorales de junio pasado. Esta crisis radica en una pérdida de identidad y una desconexión con los mexicanos. Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, aferrado al poder, ha modificado el partido a su antojo, consolidando su control sobre la Asamblea y el PRI en su conjunto, afirmó el analista político y presidente de Mitofsky, Roy Campos.
Agregó que, aunque es posible encontrar antecedentes lejanos de esta crisis, el verdadero declive comenzó en 2017. Desde entonces, el PRI no ha logrado construir liderazgos ni mensajes atractivos para contrarrestar el surgimiento de MORENA, que ha arrebatado al PRI tanto sus causas como sus votantes.
Actualmente, Alejandro Moreno tiene la fuerza y el control para quedarse con lo que queda del partido, pero esto no resuelve su futuro; al contrario, profundiza la división entre los pocos que aún permanecen en sus filas.
El analista destacó que el PRI se hizo viejo y no se renovó, perdiendo así su base y sus liderazgos.
Los líderes que alguna vez provinieron de sindicatos, colonias, campesinos, empresas y universidades, ahora están con MORENA. ¿Y por qué no habrían de estarlo, si MORENA es quien ahora apoya a los sindicatos y a los trabajadores? En pocas palabras, el PRI ha perdido su esencia.
