MÉXICO.- Hace 30 años, con el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato a la República del PRI, partido en el poder en ese momento, inició la caída del priismo, quien no pudo aclarar el atroz homicidio y dejó varios cabos sueltos.
El vicepresidente de la fundación Colosio, Samuel Palma, señaló que el panorama de la campaña presidencial se enfrentó a circunstancias sin precedentes debido a su extrema dificultad.
Sin embargo, el 22 de marzo de 1994, parecía que las cosas se aclaraban cuando el Comisionado para la “Paz en Chiapas”, Manuel Camacho Solís, anunció que no tenía ningún interés en aspirar a la candidatura presidencial.
Esto descartó la especulación sobre la posible sustitución de Luis Donaldo Colosio Murrieta como candidato del PRI para favorecer a Camacho Solís.
Cabe destacar que, el nombramiento de Manuel Camacho como “comisionado” coincidió con el inicio de la campaña de Colosio Murrieta el 10 de enero de 1994. Dos meses y medio después, la situación política había cambiado considerablemente, afectando la tradicional estabilidad de la campaña del candidato del partido en el gobierno.
La designación de Camacho Solís le permitía, desde un punto de vista constitucional, participar como candidato presidencial al haber dejado de ocupar un cargo público seis meses antes de las elecciones, según lo establecido por el artículo 82 de la Constitución. Por el contrario, aquellos que seguían en cargos públicos después de haber disputado la candidatura presidencial estaban legalmente descalificados para continuar en la contienda.
Sin embargo, el 22 de marzo, el otrora regente de la Ciudad de México, anunció que no buscaría la presidencia de la República, eliminando así la posibilidad de un cambio en la candidatura de Colosio.
El 23 de marzo de 1994, parecía que la campaña de Luis Donaldo Colosio podía seguir adelante sin obstáculos, pero este optimismo fue truncado por su trágico asesinato.
ENTÉRATE
“Conocí a Colosio y cené con el día 21 de marzo de 1994 y lo asesinaron cobardemente el día 23, es decir, días antes cenamos en casa de la licenciada Clara Jusidman, ahí en las Lomas”.